La falta de lluvias vuelve a instalarse como una preocupación central en el Valle Central y zonas aledañas. Según explicó Uriel Flores, referente del Observatorio Climático de la provincia, la temporada viene registrando niveles muy por debajo de lo habitual y podría impactar directamente en el comportamiento hídrico del verano.
Actualmente, Catamarca acumula 292 milímetros de precipitación anual, un registro que se mantiene por debajo del promedio histórico. “Estamos en un nivel que está por debajo del promedio”, señaló Flores, al detallar que enero fue el único mes con una cosecha significativa de milímetros, mientras que febrero, marzo y abril, que suelen cerrar el verano meteorológico con buena humedad, no estuvieron a la altura de otros años.
“El verano y el otoño meteorológicos no han tenido este año una buena cantidad de precipitaciones”, explicó el especialista, quien recordó además que el año pasado ocurrió algo similar: “Tampoco fue un año importante para las precipitaciones porque estuvieron por debajo de lo normal, con 242 milímetros”.
Un déficit persistente y cada vez más profundo
De acuerdo al Observatorio Climático, Catamarca transita entre un 20% y un 40% de déficit respecto de los valores de lluvia habituales. Octubre fue el único mes con registros cercanos a lo normal, pero noviembre apenas marcó 1 milímetro, cuando lo esperable oscila entre 40 y 50.
La mirada de Flores no se limita solo a la meteorología. “Las sequías y la desertificación no son solo un problema físico o climático. El fenómeno de El Niño, el cambio climático, la deforestación, la construcción, el derroche y la presión demográfica también inciden”, resaltó e insistió en la necesidad de un enfoque integral.
¿Qué esperar para el verano?
Las proyecciones son moderadas, pero inciertas. Según Flores, los últimos años muestran que entre fines de noviembre y diciembre suele haber un repunte de precipitaciones capaz de equilibrar parcialmente la falta acumulada. Este año podría repetirse, aunque dependerá de episodios de tormentas significativas.
“Esperemos que este final de noviembre tengamos algunos chaparrones y precipitaciones, principalmente en el interior, con un buen acumulado de milímetros”, sostuvo.
De no ocurrir, el escenario se trasladaría a diciembre y a la esperanza de un enero más regular. “En enero suele darse un comportamiento normal en la cantidad de lluvias”, explicó el especialista. La clave, sin embargo, estará en la administración del agua. “Todos esos milímetros deben distribuirse de la mejor manera, reservarse para aguantar los demás meses que tenemos déficit hídrico”, remarcó.
Flores fue contundente con el panorama. “Vamos camino a un inconveniente si esto no se va solucionando”, cerró.
