La conmemoración del 12 de agosto también incluye a San Euplio, un diácono siciliano que fue martirizado en el año 304 durante la persecución del emperador Diocleciano. San Euplio fue arrestado cuando lo encontraron leyendo en voz alta las Escrituras en un lugar público de la ciudad de Catania. Al ser llevado ante el juez, se negó a entregar los Evangelios, diciendo: «Estas son palabras de vida eterna; por lo tanto, no puedo entregarlas».
Fidelidad a la Palabra de Dios
A pesar de las amenazas y las torturas, San Euplio se mantuvo firme en su fe. Con una convicción inquebrantable, proclamó su amor a Cristo y su fidelidad a las Escrituras. Finalmente, fue decapitado, convirtiéndose en un mártir por la Palabra de Dios. Su historia es un poderoso recordatorio de la importancia de la Biblia para la vida cristiana y de la valentía de aquellos que, a lo largo de los siglos, han defendido la fe con sus vidas.
El Legado de la Valentía
San Euplio es un ejemplo de la fuerza de la fe y un modelo de amor a las Escrituras. Su memoria perdura como un faro de la fidelidad a la Palabra de Dios, incluso en los momentos de mayor peligro. Su martirio es una muestra del valor que la fe puede dar a una persona en la adversidad.
Oración
Oh, Dios, que fortaleciste a San Euplio en su martirio, concédenos, por su intercesión, que amemos tu Palabra y que la defendamos con valentía. Amén.
Este artículo forma parte de nuestro especial ‘Fe y Devoción en Agosto’. Descubri la guía completa del santoral del mes haciendo clic aquí.