domingo, 15 junio, 2025
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Cortázar, proyectos y cupo femenino: Laura Aroca y su visión del jazz en Catamarca

El jazz en Catamarca vino para quedarse y todavía tiene mucho por explorar. Hoy el género atraviesa un momento de creación y movimiento en la provincia, que no solo impulsa nuevas propuestas locales, sino que también abre espacios de encuentro con artistas de otras provincias, incluyendo figuras reconocidas dentro del género, con trayectoria tanto a nivel nacional como internacional.

Este sábado 14 de junio a las 21:30 se presentará Lau Aroca Jazz Band en Casa de la Puna (Avenida Recalde esquina Padre D’Agostino).

Laura Aroca propone un estilo propio. Desde el Valle, lleva al escenario una forma cercana de interpretar el jazz, marcada por su amor por la literatura, una herencia familiar que atraviesa sus canciones. Con este proyecto, Laura explora por primera vez su camino como solista.

El recorrido musical de la artista catamarqueña comenzó en 2020. Su voz transitó por el jazz, el soul y el blues, y desde entonces participó en festivales provinciales y regionales, grabó en el ciclo Nuestras Voces del Senado y formó parte del Festival Internacional de Jazz de Santiago del Estero.

Actualmente lidera Lau Aroca Jazz Band, su primer proyecto solista, una formación integrada por Ramón Páez en batería, Hernán Abratte en guitarra y Gonzalo Nieva en contrabajo. En su próxima presentación contará además con la participación del trompetista Ricardo Sánchez.

En una entrevista con INFORAMA, nos adentramos en su recorrido como artista catamarqueña y en su forma de sentir y construir música desde este territorio.

¿Cómo apareció el jazz en tu vida? ¿En qué momento sentiste que era el camino?

«El jazz en mi vida apareció bastante tarde, se diría, teniendo en cuenta la edad promedio, creo, en la que una persona se acerca a la música. Yo soy una persona muy tímida, me considero una persona tímida actualmente. Y cuando era más chica, era extremadamente tímida al punto tal de que nadie supo que cantaba hasta los 30 años, que fue cuando, hablando con alguien sobre jazz, estaba tratando de recordar el nombre de un tema de Ella Fitzgerald y no me salía el nombre. Así que le mandé un audio cantando la canción y cuando el chabón escuchó me preguntó sorprendido si era yo la que cantaba y al poco tiempo armamos el primer proyecto musical en el que participé.

Esa fue la primera aproximación al jazz. En realidad la música es algo que siempre me llamó, era algo a lo que siempre jugaba más a escondidas, más por un tema de vergüenza e inseguridad. Siempre canté para mí o cantaba cuando estaba sola. Hacerlo para afuera y que alguien más me escuche fue, como te digo, ya de grande. Fue animarse no sólo a mostrar o a hacer que otros escuchen, sino a compartir, a jugar también con la música, lo cual implica una cercanía o contacto y un feedback constante.

A partir de esa primera formación, de ese primer proyecto, fueron surgiendo otros con el devenir de la vida, con idas y vueltas, con cosas que fueron pasando y que me fueron encontrando en estos últimos años con gente maravillosa, abriendo muchísimo la perspectiva musical justamente en este género, aprovechando también el buen recibimiento que hay.

La gente de acá, de Catamarca, me parece que estaba con muchas ganas de escuchar otra música, porque Catamarca tiene más música, tiene más géneros musicales que el folclore, que es hermoso y que es muy representativo. Pero también hay otros géneros musicales que ocupan un lugar importante dentro del amplio abanico musical que tenemos acá en la provincia. Hay grandes proyectos que hoy en día se están gestando. Entonces eso es algo para destacar.»

¿Hay libros o autores que te inspiren cuando hacés música? ¿O la conexión va más por otro lado?

«Totalmente, hay libros y autores que sí, que me llevaron a la música. Hubo un autor conductor a todo este mundo del jazz, que fue obviamente Julio Cortázar. Haberlo leído desde adolescente me parece que también me fue acercando. Cortázar es muy enciclopédico en la cuestión del jazz, así que fue un gran guía para escuchar.

Creo que la música también viene por otros lados, tiene que ver mucho con la cercanía o con la afinidad de los sonidos. A mí mucho me acercó al tema de la lectura, por un lado, ya que me despertó mucha curiosidad saber qué era eso de lo que tanto hablaba Julio Cortázar y por otro lado, la afinidad también con el idioma inglés. El inglés fue una lengua que siempre me gustó desde pequeña. Hoy en día aún me maravilla cómo se articulan los sonidos de una manera totalmente distinta. Entonces fue como una primera aproximación a hacer música a partir de ese idioma que es todo un desafío. Sin embargo, creo que es un doble desafío también empezar a cantar y a mixturar las lenguas y ver cómo la música se expresa a partir de diferentes códigos. Eso me parece muy interesante.»

¿Tenés planes de grabar algo? ¿Hay algún proyecto en carpeta o propuesta dando vueltas?

«Por supuesto que hay planes para grabar algo. Me propuse el año pasado que este año iba a suceder. Está el proyecto de grabar en estudio, grabar un disquito. Tengo varias cosas grabadas por gente muy querida, gente amiga, gente con la que fuimos haciendo registros audiovisuales con un buen soporte técnico de sonido, invitaciones muy lindas también.

Creo que la primera vez que grabé fue en el marco del Catamarca Jazz Fest, donde grabamos con músicos de Córdoba talentosísimos y con la formación que en ese momento era Ricardo Bujaldón Jazz Trio y yo como invitada en la voz.

Después recibí la invitación del Senado para el ciclo Nuestras Voces, donde también grabamos un tema. Últimamente grabamos con Cruje Films del Joche Guevara una sesión de entrecasa con temas que no son de jazz, pero sí clásicos con un tono muy nostálgico, todo desde el registro audiovisual y musical.

Pero sí, nos gustaría ir para el lado más técnico y grabar un buen disco. También está en el tintero el tema de las composiciones propias, que es algo que está ahí, que es cuestión de desarrollar. Hay como un bichito que está picando, que está haciendo ruido. Muchas melodías apuntadas, letras apuntadas que necesitan tomar forma. Así que, ¿quién te dice? Pronto. Además de asentarnos en el repertorio de los grandes y las grandes intérpretes del jazz clásico, tal vez nos animemos a composiciones propias. Me parece que es un buen proyecto y que ojalá lo podamos concretar este año.»

¿Te invitaron a tocar en algún lugar que no te esperabas? ¿Cuál fue la propuesta más loca o sorprendente que te llegó?

«Sí, hace un par de años llegó la invitación para participar del Festival Internacional de Jazz en Santiago del Estero con grandes músicos a nivel nacional e internacional. Nos tocó ir a una jornada en particular. La invitación y la propuesta eran bastante jugadas.

Ya veníamos compartiendo escenario con Ricardo Bujaldón y sus distintas formaciones. Para este festival fuimos en formato dúo: Ricardo en el piano y yo en la voz. Hicimos un par de temas y un último tema de saxo y voz que fue hermosísimo.

Toda esta preparación quisimos compartirla previamente en Catamarca con un show gratuito en la Singularidad del Libro. Fue muy íntimo, sin sistema de sonido, solo con la potencia de la voz. Una experiencia mágica que me gustaría mucho repetir.

Más allá de las propuestas externas, hay muchos proyectos por realizar desde la autogestión, mezclando la música con otros lenguajes artísticos como el urbanismo, la arquitectura y la vida cotidiana. Estoy trabajando en algunos proyectos de ese estilo que espero concretar pronto.»

¿Cómo ves la movida del jazz en la provincia? ¿Sentís que está creciendo o todavía le falta espacio?

«Estoy muy contenta con la movida del jazz en Catamarca en los últimos años. Siempre destaco la figura de los gestores culturales del género, especialmente Abel Flores, quien dio el primer paso para generar propuestas concretas y atractivas.

Antes, escuchar jazz en Catamarca era casi imposible, salvo en presentaciones pequeñas donde quizás tenías la suerte de escuchar a Ricardo Bujaldón, que no solo es un gran músico sino una escuela ambulante que ha formado a muchos músicos actuales del jazz en la provincia.

Gracias a esta movida, hoy tenemos propuestas más estables y el jazz en Catamarca se ha consolidado. Hace ya varios años que contamos con el Catamarca Jazz Fest, gestionado por Abel Flores, Hugo Figueredo y Martín Lobo Herrera, quienes han sido claves en el crecimiento del género.

A esto se suman políticas culturales que acompañan, como el Festival Regional de Jazz de Catamarca, impulsado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de la Capital, que ya tuvo su segunda edición y todo indica que continuará.

Me pone muy contenta que el jazz se haya consolidado como un género importante en la provincia. Catamarca tiene mucha música más allá del folclore. Hay proyectos de jazz, rock, funk, que merecen ser mostrados y valorados dentro y fuera de la provincia. Todo esto también es Catamarca

¿Qué lugar tienen hoy las mujeres dentro del jazz local? ¿Cómo vivís ese recorrido personalmente?

«Para hablar del lugar de la mujer dentro del jazz, primero hay que mirar el lugar de la mujer en la música en Catamarca. Hace unos años comenzó la pelea por el cupo femenino en los escenarios, un movimiento que luchó por garantizar la presencia de mujeres artistas.

Mucha gente aún hoy descarta el tema diciendo que no hay mujeres músicas, pero no se pregunta por qué. Antes no se generaban los espacios. ¿Cuántas mujeres habrán querido acercarse a la música y no pudieron? Yo misma me animé recién a los 30 años a subir a un escenario, y eso que tuve el privilegio de contar con amigos músicos que me alentaron.

Hoy en el jazz local somos muy pocas mujeres. Recuerdo a Natalia Abrizuela César, la primera mujer que escuché cantar jazz y blues en Catamarca, y a Flor Reinoso, que también dejó su huella.

Sería hermoso que se sumen más mujeres al género, porque hay un catálogo muy amplio de mujeres intérpretes y compositoras de jazz a nivel mundial. En una de las últimas presentaciones que hicimos por el Día de la Mujer, organizadas por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de la Capital en la Plaza La Alameda, presentamos junto a la Baroca Jazz Band un recorrido por grandes intérpretes femeninas del jazz: Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Billie Holiday, Julie London, Norah Jones, entre otras.

Creo que escucharlas es una gran puerta de entrada a este maravilloso mundo del jazz, tan complejo, tan hermoso, tan exquisito, tan amplio y tan deleitable musicalmente, que te invita a sumergirte no solo como oyente, sino también como hacedor de música.» Concluyó.

Te compartimos este video para que escuches a Laura y puedas ambientarte para el bonito evento que se realizará mañana en Casa de la Puna.

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