Un equipo del Ministerio de Defensa de Dinamarca llegó esta semana a Buenos Aires para intentar avanzar en la venta de una flota de cazas supersónicos de origen estadounidense. Los Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon, confió una alta fuente extraoficial a Clarín.
La misión incluso buscaba generar una reunión con los equipos del hoy jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Xavier Isaac y con el equipo que integrará el la Defensa del Gobierno de Javier Milei. También intentaban que el ministro de Defensa saliente, Jorge Taiana, firmara la adquisición de estas casi treinta aeronaves de guerra, que hace años busca adquirir la fuerza de aire. Tienen ofertas de distintos países y por lo tanto presiones geopolíticas. Para el caso, la de Estados Unidos contra los los JF17 que le ofrece China a la Argentina -ahora están más lejanos con el triunfo de Javier Milei- y los Tejan que sigue ofreciendo India.
La misión de dinamarqueses es tan sólo un síntoma de los desbarajustes de la politica en materia de Defensa tras las idas y vueltas sobre quién sería el ministro. Pero también de las deudas que deja el gobierno saliente.
Son muchas las promesas incumplidas que deja el ministerio de Defensa saliente: una es esa de la falta de equipamiento de aviones supersónicos en una fuerza que perdió su capacidad aérea y solo cuenta con aviones subsónicos. La oferta de F-16 se cae el 31 de diciembre y los dinamarqueses ya dijeron que si no se cierran en esa fecha los aviones se enviarán a Ucrania para su guerra con Rusia. La FAA tendría que empezar todo desde cero saliendo a buscar aviones en algún lado. Y hasta ahora no lograron ni una cosa ni la otra.
La situación es de total incertidumbre en horas de definiciones sobre el futuro del ministerio de Defensa, que hasta este jueves a la mañana sin titular futuro.
Por cierto, los Altos Mandos de las Fuerzas no ocultaron en estos días su desagrado por lo que consideran un «manoseo en la definición de las autoridades políticas» para un área tan sensible y que se vuelve última prioridad para quienes deciden.
Finalmente, cuatro años después de ir y venir con el tema, no se compraron los aviones; tampoco los vehículos blindados para el Ejército que se exploraron en Brasil, ni se avanzó con la adquisición de helicóptero livianos y menos aún con los submarinos. Desde la tragedia del ARA San Juan, en 2017, Argentina no tiene submarinos y los aspirantes a submarinistas se entrenan en Perú. Hubo años que no lo pudieron hacer porque no había dinero para pagar semejante capacitación.
Otro síntoma de las contradicciones entre los anuncios y los hechos fue el de la compañía de ingenieros militares que las Fuerzas Armadas debían mandar a Rosario para complementar la lucha contra el narcotráfico. Se esperaba que hicieran canaletas, trabajos de vivienda e infraestructura en zonas afectadas por la lucha de bandas. No pudieron hacer nada y ya son un recuerdo.
En estos cuatro años, bajo el mando del jefe del Estado Mayor Conjunto, Juan Martín Paleo, los tres jefes de las Fuerzas Armadas remaron un difícil panorama, presupuestario tenso, mientras el ministro Taiana terminó firmando decenas de cartas de intención que no prosperaban. Recién este año las fuerzas estarían poniéndose al día con la equiparación de sus salarios al de las fuerzas de seguridad.
El ministerio de Milei debe decidir si emprende un cambio en la doctrina de la Defensa. En su momento Mauricio Macri hizo un giro, aunque a medias porque también generaba ruido interno. Cambió en el reglamento de la Defensa la oración en la que figuraba que las amenazas del país fueran solamente de origen estatal externo. Con el discurso de que eso permitiría violaciones a la ley de seguridad interior -que el propio gobierno saliente y el de Cristina Kirchner han usado según el momento- el kirchnerismo generó una tormenta y al volver al poder, puso la palabra «estatal» de nuevo.
El mileísmo y el sector duro del PRO que por ejemplo representan Patricia Bullrich y su ex candidato a vicepresidente, Luis Petri , son partidarios de volver a la doctrina de Cambiemos, donde una amenaza es de varios orígenes y no sólo estatal. Es decir, los enemigos a combatir por las fuerzas son también los grupos terroristas y los ciber delicuentes.
El Presidente Milei tendrá pendiente la reglamentación de la ley del Fondef. Es insólito porque este Fondo Nacional de la Defensa fue creado en 2021 por Alberto Fernández y aprobado luego por el Congreso. Estimaba para gastos recuperación y modernización del equipamiento de las FFAA unos 30.000 millones de pesos y la creación de 20.000 puestos de trabajo. Pero el Fondo nunca se reglamentó y en vez de usarlo para lo que fue creado, sirvió para gastos urgentes: compra o confección de uniformes, comida.
En los últimos días hubo especulaciones de todo tipo: que al quitarle la decisión sobre el futuro de la Defensa y la Seguridad a su vicepresidenta, Victoria Villaruel, el presidente electo le concedía la libertad para que lo eligiera Patricia Bullrich a quien le ofreció el ministerio de las fuerzas de seguridad.
Bullrich buscaba hacer un operativo conjunto para que su aliado Petri. Distintas especulaciones surgieron en esa pugna: que el ministro iba a ser el brigadier Jorge Antelo, ligado al futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y que Villaruel quería poner en ese lugar al coronel retirado Jorge Vives.
Este jueves alrededor de Antelo y Vives aseguraban que nunca fueron candidatos reales a ser ministros y que Petri seguía en carrera. Otra posibilidad es que Bullrich siga buscando entre los cercanos.