El Parque de los Niños guarda un homenaje que hoy genera más tristeza que orgullo. La estatua que recuerda al músico catamarqueño Walter Olmos, ícono del cuarteto a nivel nacional, se encuentra en un estado de olvido y deterioro alarmante.
La obra, que alguna vez intentó inmortalizar la imagen del joven artista con su mítica sonrisa y el micrófono apuntando al cielo, hoy luce mutilada: le arrancaron el rostro, el micrófono y hasta su pie izquierdo. Las grietas recorren toda la estructura, con la sensación de que podría desmoronarse en cualquier momento.
El panorama se completa con el abandono de la placa que acompaña la estatua, donde se detallaba parte de la vida y trayectoria de la «Locomotora». Un entorno descuidado y una soledad que contrastan con la importancia de un músico que llevó el nombre de Catamarca a escenarios de todo el país.
Walter Olmos murió trágicamente en 2002, pero su legado musical permanece vivo en miles de fanáticos. Sin embargo, el homenaje que debería preservar su memoria en su provincia natal aparece como una muestra de indiferencia y desidia.
El deterioro de la estatua abre nuevamente el debate sobre el cuidado de los espacios públicos y, sobre todo, del respeto a las figuras culturales que marcaron la identidad de Catamarca.