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Un delito en alza

19 de enero de 2024 – 01:15

No constituye un delito que genere preocupación en la sociedad, pero indudablemente es un accionar que conlleva mayores repercusiones, tanto por la cantidad de afectados como por el perjuicio que acarrea. En los últimos meses se percibió un incremento en el robo de cables para la extracción de cobre y bronce para su posterior comercialización. El aumento en la valoración a nivel internacional del cobre y del bronce impulsa las acciones de bandas organizadas que aprovechan un circuito ilícito para la reducción y venta clandestina de estos materiales.

En el país las primeras señales de este tipo de delito se registraron durante el aislamiento social preventivo y obligatorio. Los autores suelen ser organizaciones con experiencia que tienen equipamiento específico como también personas que no tienen conocimiento en la materia y que con audacia y con el uso de fuerza arrancan las líneas eléctricas.

Según la investigación, las cinco personas que fueron arrestadas en el departamento Pomán pertenecen a este último grupo. Son todos oriundos de Saujil y de la villa de Pomán quienes a bordo de una camioneta voltearon postes ubicados en el margen de la ruta provincial 46, camino a Andalgalá. El daño fue cuantioso, desmantelaron una línea de media tensión de aproximadamente veinte kilómetros, que alimentaba a emprendimientos productivos.

Desde EC SAPEM calcularon que el tendido robado estaría valuado en más de 80 millones de pesos.

Llama la atención que con anterioridad ninguna autoridad, ni policial, ni municipal o judicial se percatara del accionar de esta banda ya que se presume que los ilícitos comenzaron en diciembre. Dos semanas antes de la denuncia del robo, la policía departamental había encontrado varios rollos que estaban ocultos en el monte.

La investigación comandada por el fiscal Martín Camps, quien tuvo el acompañamiento del fiscal general, Alejandro Gober, permitió determinar que estos cinco sospechosos tenían una conexión con individuos de la Capital, por lo que se realizaron allanamientos que arrojaron como saldo el secuestro de treinta kilómetros más de tendido eléctrico. Además se encontraron motosierras, amoladoras y otras herramientas necesarias para consumar el delito.

La tarea de los investigadores es ahora determinar tanto si hay más personas involucradas como el grado de participación de los ahora sospechosos, que en los próximos días serán imputados y citados para indagatoria.

En este caso aún no se pudo confirmar, pero por experiencias en otras provincias se conoce que existe un mercado negro que arroja dinero fácil para los que intervienen y se pueden dividir tres etapas del proceso. En primer lugar, aquellos que roban el tendido del cable, luego están aquellos se encargan de la compra del material robado y posterior almacenamiento. El último eslabón son los talleres de fundición en donde separan el cobre del aislante para la posterior venta.

El mayor control policial en las rutas resultará fundamental para prevenir la reincidencia de este tipo de crímenes, dado que generan significativos gastos a la compañía proveedora del servicio. No obstante, los más perjudicados son los usuarios, quienes se ven obligados a soportar la falta de suministro eléctrico durante varias horas.

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