Adriana Stagnaro era una reconocida antropóloga, docente e investigadora. Le gustaba nadar y viajar por el mundo. En 2018 comenzó a sentir temblores en las piernas. Después de varias idas y vueltas entre consultorios médicos de distintas especialidades, la diagnosticaron con esclerosis lateral amiotrófica, ELA.
Llegó a tener siete cuidadoras. Para todo necesitaba asistencia: comer, ir al baño, acostarse o levantarse de la cama. Muchas veces pensó en el suicidio, pero incluso esa opción estaba fuera de su alcance porque para llevarla a cabo necesitaba la ayuda de otra persona.
Cuando la enfermedad llegó a este punto, tan opresivo, empezó a reclamar por su derecho a la muerte. Dedicó sus últimos años a dar charlas y escribir artículos en favor de una Ley de eutanasia.
“Lo que me mueve es el temor a lo que vendrá: el deterioro, la devastación de mi cuerpo y de mi psiquis”, le contó a Clarín en una entrevista el 20 de julio de este año.
Su forma de hablar, degradada por la enfermedad, conservaba el afán por la precisión en el uso de las palabras. Se tomaba un tiempo para responder. La falta de fluidez no opacaba su inteligencia.
Adriana Stagnaro durante un viaje, en 2014.“Tengo una posición ideológica a favor de la eutanasia anterior a mi enfermedad. Me gusta trabajar la palabra eutanasia no como algo oculto, ilegal, de lo que no se puede hablar. ¿Por qué? Porque hay mucha gente que quizás esté mucho peor que yo. No solamente con ELA, puede ser cáncer o cuadriplejía. Quizás, por una cuestión legal, cultural o familiar estas personas no pueden expresar su libre derecho como pacientes a decidir ‘Hasta acá llego, no más’», dijo.
Adriana vivía en un departamento lleno de libros y cuadros. En las repisas también había fotos de ella y su marido en distintas partes del mundo y la Argentina. Eran testimonios de su otra vida, como le gustaba decir. Su voluntad era morir en su habitación, rodeada de sus afectos y sus olores.
Adriana Stagnaro era antropóloga y tenía ELA.A principios de octubre alquiló una casa en las sierras de Córdoba, quería pasar unos días en contacto con la naturaleza. Durante esa estadía tuvo una broncoaspiración que empeoró su estado. El médico Carlos Soriano, autor del libro “Morir con dignidad en Argentina”, hombre de su confianza, la acompañó hasta último momento.
Adriana Stagnaro murió el martes 10 de octubre. Tenía 70 años.
El debate por una Ley de eutanasia
La lucha de Stagnaro se apoyaba en un grupo de profesionales que hoy se encuentran trabajando para que en la Argentina haya una Ley de eutanasia. Se entiende por eutanasia el procedimiento médico que pone fin a la vida de una persona con una enfermedad irreversible por expreso pedido de esta.
«Como sociedad estamos maduros para tener una ley de este tipo. Si uno tiene derecho a vivir, también tiene derecho a elegir de qué manera terminar sus últimos días, sobre todo cuando siente que se está enfrentando a una enfermedad o a una situación que le quita dignidad y que le trae muchísimo sufrimiento”, dice Florencia Luna, filósofa especialista en bioética.
Florencia Luna, filósofa especialista en bioética. Foto Mati ArrascoytaEn nuestro país existe lo que se conoce como “Ley de muerte digna”, una modificación de la Ley de Derechos del Paciente (2012). Bajo esta figura, enfermos terminales pueden negarse a seguir recibiendo tratamientos que solo tengan por fin estirar su vida. Es decir, se pueden rechazar procedimientos, pero no aplicar uno que dé muerte a una persona.
Entre los que se oponen a la eutanasia prevalecen los fundamentos médicos y religiosos, entre otros.
Ariel Cherro preside el Consejo de Cuidados Paliativos. Según su postura, plantear la eutanasia como solución a los problemas de un enfermo terminal es problemático: “El tema de fondo es de qué manera se aborda el sufrimiento humano. Los cuidados paliativos son un abordaje integral que permite aliviar el sufrimiento y buscar dignidad en la vida más allá del tiempo que haya por delante».
Ariel Cherro, médico paliativista. Foto Mati ArrascoytaPara Cherro, antes que hablar de eutanasia es necesario reforzar otros recursos médicos. Se estima que solo el 14% de los enfermos argentinos que requieren de cuidados paliativos reciben este tratamiento.
“Hoy, por lo general, se habla de dignidad cuando se acorta la sobrevida del paciente. Eso es un sesgo importante. Se está dando un mensaje de que eso es dignidad y lo otro no”, agrega.
Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la Facultad de Medicina de la UCA, sostiene que detrás de la idea de eutanasia hay un motivo económico.
Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la UCA. Foto Mati Arrascoyta“La atención médica de la etapa final de la vida de una persona supone un costo hospitalario altísimo. Ahora, ¿tiene sentido comparar la dignidad de la vida con costos? O sea, yo le pongo un costo a la vida de una persona y digo ‘Bueno, hasta acá te atiende el sistema, de ahora en más quedás abandonado a tu suerte’. Digo, ¿eso es progresismo? Para mí es mercantilismo”, enfatiza.
La eutanasia en el mundo
La eutanasia es legal en ocho países: Países Bajos, Colombia, España, Bélgica, Austria, Alemania, Suiza y Luxemburgo. También en algunos estados de Australia y Estados Unidos.
Adriana Stagnaro era integrante de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida del CONICET, un grupo del que también forma parte Florencia Luna. Esta red tiene como meta mejorar la legislación vinculada al final de la vida.
En nuestro país hay dos proyectos de ley vigentes para legalizar la eutanasia: uno en Diputados (“Regulación de la Eutanasia y la muerte asistida”) y el otro en Senadores (“Ley de Buena muerte. Regulación de la eutanasia”). En tanto que un tercer proyecto («Ley Alfonso»), presentado en 2021, perdió estado parlamentario.