La Navidad catamarqueña tiene una identidad propia, marcada por el calor, las reuniones familiares, los preparativos de último momento y una serie de rituales que se repiten cada diciembre. En los días previos a la Nochebuena, la ciudad y el interior provincial entran en un ritmo particular, donde conviven la celebración, la organización y también algunos debates que ya son parte de la fecha.
¿Mesa adentro o mesa afuera? El dilema del calor
Uno de los clásicos de la Navidad en Catamarca es decidir dónde armar la mesa. Con temperaturas que suelen superar los 30 grados, muchas familias optan por la mesa afuera, en patios, galerías o veredas, buscando algo de alivio frente al calor.
Sin embargo, otros prefieren la mesa adentro, ya sea por comodidad, por el uso del aire acondicionado o para evitar el viento típico de las noches estivales. Año tras año, la discusión se repite y la elección termina adaptándose al clima y a la cantidad de invitados.
El debate por la pirotecnia
En paralelo a los festejos, vuelve a instalarse el debate por el uso de pirotecnia. En Catamarca, cada vez son más las familias que eligen una Navidad sin fuegos artificiales, priorizando el cuidado de personas con hipersensibilidad auditiva, niños pequeños y mascotas.
Aunque aún persisten algunas prácticas tradicionales, el uso responsable y la concientización ganan espacio en la celebración.
Dónde pasar la Nochebuena
Otra de las decisiones clave es dónde pasar la Navidad. Para algunos, la tradición manda quedarse en casa y recibir a la familia. Para otros, la opción es rotar entre hogares o viajar al interior provincial para compartir la noche con parientes.
En todos los casos, la reunión familiar sigue siendo el eje central de la celebración.
Compras de último momento y menú navideño
Como cada año, las compras de último momento forman parte del paisaje previo al 24. Supermercados, carnicerías y panaderías registran mayor movimiento, con listas que se ajustan sobre la marcha.
En cuanto al menú navideño, predominan los platos fríos: pollo, vitel toné, ensaladas, sándwiches y opciones prácticas para soportar el calor. A la medianoche, no faltan los panes dulces, turrones y postres helados.
¿Con qué brindar?
El momento del brindis también se adapta a las altas temperaturas. Si bien el sidra y champagne siguen presentes, crece la elección de bebidas frías, tragos livianos y opciones sin alcohol, especialmente para quienes deben manejar o prefieren alternativas más refrescantes.
El ritual del 25: río y descanso
Para muchos catamarqueños, la Navidad no termina el 24 a la noche. El 25 de diciembre, la costumbre marca una escapada al río, a diques o balnearios, para pasar el día en familia o con amigos y bajar el ritmo después de la celebración.
Outfits, recalentado y música
El outfit navideño suele ser sencillo y fresco, pensado para el calor y la comodidad. Vestidos livianos, remeras claras y sandalias dominan la escena.
Al día siguiente, el recalentado se convierte en protagonista, con sobras que se reutilizan para el almuerzo del 25. Todo esto, acompañado por música, que va desde clásicos navideños hasta cuarteto, cumbia o folklore, según la familia y el horario.
