El UDQ (Último Día de Quinto) vuelve a ser protagonista este año en Catamarca, donde los estudiantes se preparan para celebrar el próximo 27 de noviembre, un día antes del cierre formal del ciclo lectivo establecido por el Ministerio de Educación. El festejo, que se instaló como un rito de transición hacia el sexto año, suele incluir encuentros en plazas, espacios públicos y fiestas privadas organizadas por los propios alumnos.
En ediciones anteriores, el UDQ dejó postales de banderazos, disfraces, música y espuma, pero también algunos episodios que encendieron alarmas como la clausuras de fiestas clandestinas, consumo de alcohol entre menores y operativos policiales para prevenir riesgos. Por eso, a lo largo de estos años, tanto municipios como fuerzas de seguridad analizan los controles para resguardar la integridad de los jóvenes, sin interferir en el carácter festivo de la jornada.
Mientras las escuelas ultiman el cierre administrativo del año, los estudiantes viven la previa con entusiasmo y organización propia. El UDQ se convirtió en un símbolo de identidad estudiantil y, aunque no es un evento institucional, forma parte del calendario emocional de los adolescentes catamarqueños, que celebran el fin de una etapa antes de encarar su último año de secundaria.
