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Logro extraordinario

jueves, 9 de octubre de 2025 02:04

La convocatoria de Aníbal Moreno a la Selección Argentina de fútbol marca un hito histórico para el fútbol catamarqueño y lo ubica en el imaginario Olimpo de las grandes figuras del deporte provincial, a la altura de Hugo Rafael Soto, Agustín Tapia, Julián Gutiérrez, Daniel Díaz, Pablo Wendebourg, Julio Bayón y tantos otros que brillaron en diferentes disciplinas. El “Colo” tendrá un reconocimiento más rápido que otros exitosos atletas, porque la popularidad y el impacto del fútbol es incomparable con respecto a los demás deportes, con el agregado de que le toca sumarse nada menos que al plantel que es el vigente campeón del mundo y bicampeón de América, en la etapa previa de la defensa del título ecuménico.

La citación de Moreno, resuelta hace pocos días por el entrenador Lionel Scaloni, ha generado en Catamarca, para los habituales seguidores del fútbol, mucha satisfacción y emoción. Pero no resulta sorpresiva: por el contrario, es la consecuencia lógica de una carrera más que destacada, que mostró siempre un nivel ascendente y desafíos progresivamente más difíciles, que el catamarqueño fue superando con talento y solvencia. Así, quienes siguieron sus pasos desde el debut en Newell’s, su incorporación a un conjunto más grande como Racing y luego a un gigante de Sudamérica como el Palmeiras brasileño, prácticamente esperaban este momento. Paralelamente, comenzó a tejer su historia con la celeste y blanca desde las juveniles y aprovechó cada oportunidad. Todavía no debutó con el equipo mayor de Argentina, pero el solo hecho de estar considerado como parte de la generación de recambio por el cuerpo técnico, que tan bien manejó esas transiciones hasta aquí, confirma que tiene enormes condiciones y mucho futuro.

Pero lo que hace extraordinario el logro de Moreno, al margen del incuestionable mérito personal, es el mensaje que deja para las próximas generaciones de comprovincianos. Durante décadas y décadas, para los chicos de esta parte del país soñar con vestir alguna vez la camiseta argentina era una auténtica utopía. Y Moreno demuestra que es posible. Sería magnífico recordar por ello que no se llega donde está él por un golpe de suerte o un guiño del destino, sino que es la última estación de un largo viaje de entrega, dedicación, sacrificio, conducta, responsabilidad. Con esa base, Moreno constituye ya un ejemplo de todas las bondades y valores del deporte, que cuando conducen a momentos tan felices son motivo de inspiración y orgullo para toda la provincia. Toda la suerte del mundo para nuestro “Colo”, que nos permitirá ver los próximos partidos de la Selección con más sentido de pertenencia que nunca.

El Esquiú.com

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