miércoles, 24 septiembre, 2025
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El vuelo del Cóndor Dorado

Cierta vez, hace ya algunos años, cuando Alexis Orlando Luna Rumilla me refirió que investigaba sobre la vida del gran aviador catamarqueño “Tito” de la Colina, sentí una profunda emoción. Un hombre que pocos mencionan y recuerdan y muchos desconocen. Pero yo fui su alumno en el curso de Piloto Privado de Avión, el primer eslabón de la carrera de Piloto Profesional, fue mi primer instructor de vuelo con motor y eso hace que la figura de Tito tenga en mí un significado especial.

Luego charlamos en varias ocasiones sobre aquello que yo recuerdo del gran aviador, hasta que finalmente el libro vio la luz. Hoy, varios años después, hablamos de este libro magnífi-co. Un libro que tiene en sus páginas la historia de este gran hombre de Catamarca, no sólo por su condición de aviador, sino por su espíritu de ser humano solidario y humilde.

Arnaldo “Tito” de la Colina supo insuflar en cada uno de sus alumnos el entusiasmo y el respaldo para adquirir no sólo los conocimientos necesarios del pilotaje, sino supo transmitir la pasión, la emoción, la felicidad de poder volar. Pero además fue el mentor de muchísimas acciones y actividades aéreas que fueron haciendo crecer la aviación catamarcana, en beneficio de su gente. Un gran visionario no solo con la idea sino también con la acción.

Alexis Luna va reflejando en las páginas de su libro todas esas vivencias, a veces entre líneas, a veces explícitamente, pero dejándonos esa sensación permanente de vivir junto a su historia como si fuéramos coprotagonistas. No me refiero en este trabajo a la cuestión científica que conlleva toda obra de un historiador, sino a lo que encuentro como lector, como conocedor del protagonista y como avia-dor.

Es que, si bien este es un libro de historia, también es un libro narrativo donde nada es ficción, pero tiene los ingredien-tes propios del relato lo cual nos hace sumergirnos en su lec-tura como si estuviéramos, no ante una obra científica –que sin duda lo es- sino ante una obra literaria.

Pero no puedo dejar de puntualizar que, en ocasión de presentar su tesis para obtener el título de Profesor de Historia, Alexis Luna Rumilla recibió felicitaciones por su trabajo, base de este libro, donde los examinadores le expresaron que “el trabajo de investigación del profesor siguió los pasos propios de las perspectivas metodológicas -método de investigación científica- combinado con los aportes de otras Ciencias Sociales. La etapa Heurística que consiste en la búsqueda de datos que luego se convierten en fuentes del Historiador, fue sumamente exhaustiva y abundante indagando en diferentes repositorios tanto locales, de la provincia y fuera de ella, sea en organismos públicos y privados”.

El profesor Alexis Luna obtuvo por su tesis la calificación de diez (10). Alexis -además de Profesor de Historia- es Poeta y esa conjunción entre la sensibilidad de la poesía y la rigurosidad del relato histórico hace que este libro sea único. Pero asimismo el autor ofrece al conocimiento general, no solo la existencia de un protagonista destacado de la vida de Catamarca, sino que también en las páginas del libro se refieren numerosos hechos que tienen que ver con la vida de la provincia en aquellos años. Hechos que enriquecen el relato histórico y que nos permiten ubicarnos mejor en el contexto de la época que le tocó vivir al protagonista.

El poeta empieza a describir su Saujil, porque Luna Rumilla es saujilisto, como De la Colina. En sus páginas nos va relatando cómo es Saujil en lo polí-tico, en lo social y en lo turístico. Es decir, en suma, mezcla con maestría la vida misma del pueblo de ayer y hoy, y la re-lación del otro saujilisto como él, Arnaldo de la Colina, Tito.

“Tito” de la Colina acumuló alrededor de 18.000 horas de vuelo y obtuvo 27 licencias aeronáuticas, fue un hombre para el que la aviación fue su vida misma. A tal punto que cuenta su esposa que alguna vez le dijo: “En la vida tengo dos amores, dos pasiones: la aviación y vos.”

Pero más que aprender de este libro por estas palabras ini-ciales es menester aprender por su lectura. Porque quien lo lea va a conocer buena parte de la Catamarca del ayer en la palabra no solo impresa en diarios, documentos y escritos de la época, sino también en la voz de muchos que habiendo sido contemporáneos de De la Colina, habiéndolo conocido y tratado, le han referido a Alexis Luna muchas historias que se incorporan en esta obra.

Emocionan relatos de aquellos años en su Saujil natal cuando llegaba el avión piloteado por Tito y hacía Vuelos de Bautismo: “¡Sube un mayor con un menor! Era la frase que aceleraba el corazón, el momento más importante desde la llegada del avión. ¡Podríamos subir y volar por el cielo!” cuenta Mario León, saujilisto radicado en Córdoba. “Cuando aterrizaba el avión, rodeábamos la máquina opinando como expertos sobre cada sector visible de su estructura. Lo sentíamos como nuestro, mientras Tito era trasladado a la casa de sus familiares o amigos”.

También encontramos en las páginas del libro cómo llegó el primer avión a Antofagasta de la Sierra, cómo se forjó aquella hermosa época en que Catamarca tenía una línea de cabotaje interno por los departamentos, que sirvió para acortar distancias, realizar traslados sanitarios, entre otras actividades, con un servicio aéreo de primer nivel.

Anécdotas desconocidas de la actividad aérea desde hace unos 70 años, como las peripecias de un viaje a Estados Uni-do, junto a ese otro gran piloto que fuera Raúl Bertero, para traer dos aviones que había comprado el gobierno de Cata-marca.

Este libro es un riguroso estudio histórico de un tiempo y de un personaje que ha sido y es orgullo de Catamarca. Aquí hablan su familia, sus colegas, sus amigos, gente del pueblo que lo ha conocido en su trato afable, bonachón, pero sobre todo solidario. Católico practicante estuvo siempre al lado de la gente de todos los estamentos sociales.

En suma, desde su nacimiento, su vida, su familia, su es-posa e hijos, su pasión por el vuelo, sus anécdotas y tantas cosas que hacen a la vida de un hombre que había decidido vivir intensamente, hasta el momento de su trágica muerte a los 44 años de edad, están reflejados en este libro magnífico. Una investigación rigurosamente científica e histórica, pero también un relato de la vida de quien es sin dudas el aviador más destacado de Catamarca de todos los tiempos, en una obra del Profesor de Historia, Poeta y Escritor Alexis Luna Rumilla que, desde el mismo Saujil natal del piloto, nos habla con emoción que conmueve y contagia sobre Arnaldo “Tito” de la Colina, para resumir toda una vida de surcar los cielos, en El vuelo del cóndor dorado, un cóndor que comprendió desde el fondo de su corazón que “volar no es recorrer el infinito, sino gozar del viento entre las alas”.

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