martes, 12 de agosto de 2025 23:20
Entre los 30 y 40 años, muchas personas comienzan a experimentar una disminución gradual de la estatura, que puede alcanzar varios centímetros con el paso del tiempo. Una investigación realizada por profesionales de la Universidad de Harvard, que siguió a hombres y mujeres de entre 17 y 94 años durante 35 años, reveló que esta pérdida comienza alrededor de los 30 años y se acelera con el tiempo.
Según el estudio, los hombres disminuyen su estatura en promedio 3 centímetros entre los 30 y 70 años, mientras que las mujeres lo hacen cerca de 5 centímetros en ese mismo período. Alrededor de los 80 años, la reducción llega a 5 centímetros en los hombres y 8 centímetros en las mujeres.
Los huesos comienzan a envejecer, lo que provoca pérdida de altura tanto por el desgaste y compresión de los discos intervertebrales como por la reducción del arco del pie, afectando la postura y estabilidad.
La columna vertebral está formada por vértebras separadas por discos de cartílago que actúan como amortiguadores, pero con el tiempo estos discos pierden agua y grosor, acortando la columna.
Además, la densidad ósea disminuye progresivamente; este proceso inicia como osteopenia, una leve reducción de masa ósea, que si no se trata puede avanzar a osteoporosis. La pérdida de densidad facilita la compresión vertebral y eleva el riesgo de fracturas, contribuyendo a la disminución de la estatura.
Sumado a esto, también pueden darse casos de sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular relacionada con la edad, lo que afecta la postura y reduce el soporte muscular que sostiene la columna vertebral. Esto puede generar una postura encorvada y una apariencia de menor estatura.
Cómo prevenir el deterioro de los huesos y muscular
Para prevenir el deterioro óseo y muscular, es fundamental mantener una alimentación adecuada y, en muchos casos, complementar con nutrientes esenciales:
Vitamina D3: facilita la absorción intestinal del calcio, mineral imprescindible para formar y mantener huesos fuertes. Además, ayuda a un correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Vitamina K2: tiene un papel crucial en la salud ósea al ayudar a fijar el calcio al hueso activando proteínas que incorporan el mineral a la matriz ósea y evitando su acumulación en las arterias, lo que también protege el sistema cardiovascular.
Magnesio: participa en la formación ósea y el metabolismo del calcio y la vitamina D. Además, es esencial para la función muscular, ayudando a prevenir calambres y facilitando la actividad física.
Consejos para mantener una buena salud ósea y muscular
Para minimizar el desgaste de los huesos y la pérdida de masa muscular que contribuyen a la disminución de la estatura, se recomiendan las siguientes acciones:
Cumplir con las necesidades proteicas diarias, y si es necesario, complementar con suplementos para favorecer la reparación y mantenimiento muscular. Mantener niveles adecuados de testosterona, hormona fundamental para la salud ósea y muscular, mediante hábitos saludables y supervisión médica. Aplicar calor a los músculos, por ejemplo, visitando saunas regularmente, para mejorar la circulación y la recuperación muscular. Realizar ejercicios de fuerza, que estimulan el crecimiento y mantenimiento muscular, mejoran el equilibrio y la postura.
Estas medidas, combinadas con un estilo de vida saludable, pueden contribuir a preservar la altura y la calidad de vida durante el envejecimiento.