lunes, 4 de agosto de 2025 17:00
En medio de la polémica que cada año rodea a la entrega de los Martín Fierro, Jorge Rial volvió a prender el ventilador y arrojó una bomba que sacudió a la farándula. El periodista, famoso por no guardarse nada, aseguró que uno de los premios más importantes de la historia de la televisión fue comprado y dio nombre y apellido.
En una entrevista con Puro Show, Jorge Rial se mostró distante de la ceremonia que premia a lo mejor de la radio y la televisión. Consultado sobre si seguía siendo “el Grinch” de los Martín Fierro, respondió con ironía que ya no le interesa como antes. “Era divertido cuando hacía 40 puntos de rating”, lanzó sin filtro.
Lejos de quedarse en chicanas, explicó que su enojo siempre estuvo dirigido a APTRA, la asociación que organiza los premios. Según el conductor, los problemas de transparencia y la organización poco prolija fueron siempre su gran crítica. Sin embargo, rescató la estatuilla como símbolo: “Después, el Martín Fierro es bárbaro”, sentenció.
Jorge Rial también aclaró que su antigua pelea con Luis Ventura, actual presidente de APTRA, es cosa del pasado. “A Luis no lo juzgo”, dijo, quitándole peso a las especulaciones de que su denuncia buscaba apuntar directamente contra su excompañero. Incluso recordó que hace décadas decidió alejarse de la entidad y que nunca más volvió a formar parte.
Lo más fuerte llegó sobre el final de la charla. El periodista reveló que, según él, el primer Martín Fierro de Oro de la historia fue comprado. Y no se guardó el nombre: Nicolás Repetto. “Aclaro por las dudas, no estaba Ventura como presidente”, señaló, intentando despegar a su examigo de cualquier vínculo con la acusación.
Nicolás Repetto, figura emblemática de la televisión, ganó dos Martín Fierro de Oro. El primero fue en 1991 gracias a su programa Fax, y el segundo llegó en el 2000 con Sábado Bus. Para Rial, la primera estatuilla no fue fruto de los méritos, sino de un arreglo económico bajo la mesa.
Con esta revelación, Jorge Rial vuelve a encender la mecha sobre la legitimidad de uno de los premios más deseados del espectáculo argentino. Mientras tanto, Repetto guarda silencio y APTRA tampoco salió a responder. La pregunta queda en el aire: ¿cuántos premios más habrán sido comprados?
La bomba de Jorge Rial reabre una vieja herida en la industria del entretenimiento: la sospecha de que detrás de cada gala brillante puede esconderse un entramado de favores, pagos y arreglos que poco tienen que ver con el talento. Ahora, con este nuevo capítulo, muchos se preguntan si otras figuras de peso también habrán utilizado su poder para asegurarse un lugar en la historia de la televisión argentina.