domingo, 3 agosto, 2025
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Un régimen que cosecha repudios

  Si hay algo que no puede reprochársele al gobierno colonial es falta de coherencia argumentativa. El presidente Javier Milei declaró en abril de 2024: “El que fuga es un héroe, logró escaparse de las garras del Estado”. En mayo pasado volvió a justificar la idea con el último blanqueo de capitales en términos parecidos. Su ministro fetiche, Federico Sturzenegger, se acopla bien a esa línea discursiva con su guerra declarada contra el fútbol. Sus “héroes” serían los empresarios evasores extranjeros dispuestos a invertir en clubes argentinos para transformarlos en sociedades anónimas. Porque hasta ahora, ahí se refugia “la casta”, según el modelo extractivista de extrema derecha mal llamado libertario. En palabras de este personaje: “los millonarios subsidiados por los jubilados”.

Como la nave de Fellini, ahí va esta Armada Brancaleone digna de una comedia italiana de Mario Monicelli. A chocar contra uno de los pocos bastiones asociativos, solidarios y sin fines de lucro que quedan en el país: instituciones deportivas con más de un siglo de historia.

La última trapisonda que armó Sturzenegger –para más datos, hincha de Gimnasia y Esgrima La Plata repudiado por sus socio – junto al ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello, es el aumento de la alícuota del régimen especial de aportes previsionales que pagan los clubes. Un privilegio de casta, según su visión.

Pasó del 7,5% más un diferencial del 0,5% al 18,62%. El aumento se desglosa en un 13,06% y una alícuota adicional de 5,56% durante los próximos doce meses que alcanzan aquel porcentaje total. Y ya rige desde este mes. Aunque el propalador de la medida fue el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, la puso en práctica Capital Humano “con el objetivo de resguardar la sustentabilidad financiera del sistema de seguridad social”. De ahí la analogía que utilizó Sturzenegger cuando comparó a los jubilados con los millonarios de los clubes.

No quedó muy claro a quiénes se refería. Sí a sus dirigentes, socios, hinchas o deportistas que se forman y desarrollan en sus instalaciones. Había agregado también que los “costos distribuidos e invisibles que financian beneficios concentrados es la fórmula típica de la casta sindical y empresaria que, con sus aliados de la política, ha empobrecido a los argentinos.”

La respuesta a las diatribas del ministro fue inmediata. La AFA difundió un comunicado titulado “La mentira, a la orden del día. La única verdad es la realidad”. La asociación que preside Claudio Chiqui Tapia recordó “que este es un segundo embate sobre la misma cuestión, ya que el Gobierno había intentado derogar el régimen especial de aportes del fútbol en 2024 a través del decreto 939. Sin embargo, la AFA obtuvo una cautelar que lo mantuvo activo”.

Milei fue repudiado en Boca, cuando fue a votar en las elecciones de 2023.

River, uno de los principales clubes afectados por el aumento de la alícuota – emplea a 1.484 trabajadores y realizó contribuciones al sistema previsional por 8.078 millones de pesos en 2024 – explicó que “reafirma su histórica vocación social, educativa y deportiva, con un firme compromiso con el desarrollo comunitario, la economía nacional y la proyección internacional de la Argentina a través del deporte”. La institución, basándose en los balances entre septiembre de 2023 y junio de 2025, estima que “la modificación normativa implicaría para el club una pérdida neta estimada en $16.820 millones”.

El oficialismo que conduce Jorge Brito como sectores de la oposición en el club no tienen fisuras en su rechazo a la política tributaria del régimen de extrema derecha. Daniel Kiper, de la agrupación Dale River, escribió una columna el miércoles pasado donde comentó: “Se ignora —o peor aún, se desprecia— que los clubes no reparten dividendos, no persiguen fines de lucro, y no se fundaron con capital financiero, sino con esfuerzo colectivo, memoria barrial y pasión incondicional”.

El club, al igual que Vélez, Racing, Independiente y Lanús, por citar un puñado de casos, tiene colegios en los distintos niveles de enseñanza que el propio Sturzenegger criticó por su posición tributaria: “River, por ejemplo, desarrolló actividades educativas, muy buenas por cierto, por las que no paga aportes al personal, mientras que la escuela ORT, a dos cuadras, sí debe hacerlo”.

Lo que omitió decir el ministro es que las asociaciones civiles sin fines de lucro tienen gravadas en su régimen especial 510 -oficialmente conocido como Decreto 510/2023- un sinfín de actividades sobre las que aportan al sistema previsional. Los pases de futbolistas y derechos televisivos son apenas un par. Constituyen la masa crítica de dinero para sostener el sistema jubilatorio desde el ámbito futbolístico.

El tesorero del club Lanús, Hernán Lizenberg, le dijo a Página/12 que el impacto sobre sus institutos de enseñanza “es exactamente el mismo porque cambió la alícuota y en definitiva afecta a las transferencias de los jugadores y a los ingresos como entradas, abonos y otros rubros. Pero sí impactaría sobre el complejo educativo en sus niveles Inicial, Primario, Secundario y Terciario si eliminaran el régimen 510 porque empezaríamos a pagar el 931 como cualquier organización”.

Como se explicó más arriba, la AFA impidió su derogación con una medida cautelar. Pero ése era el propósito del gobierno. El 510 se aplica a los futbolistas de clubes de Primera División, B Nacional, B Metropolitana, Primera C y el Torneo Federal A en todas las divisiones masculinas como la femenina profesional y además sobre el personal de establecimientos educativos que funcionan en sus instalaciones.

Una fuente de Vélez formada en cuestiones tributarias, también comentó: “No le encuentro ninguna explicación a esta medida desde el punto de vista técnico. Y más cuando el gobierno planteó de movida la derogación del régimen especial pero después convocó a reuniones para elaborar una propuesta de modificación de la alícuota.  Por eso esta medida no debe leerse como otra cosa que favorecer la asfixia de los clubes y su transformación en sociedades anónimas deportivas, que es el objetivo declarado del gobierno”.

El dirigente integra la comisión directiva que preside Fabián Berlanga. Su agrupación, Plan Vélez, lanzó una campaña en Instagram sobre el aumento de la alícuota que se sintetiza en una pregunta: “Quién subsidia a quién?”

Si nos atenemos a lo que sucedió en el club del que dice ser hincha el ministro, difícilmente sea bienvenido en cualquier cancha. En febrero del 2024 fue repudiado por plateístas de Gimnasia cuando llegaba para ver el clásico con Estudiantes que terminó empatado. “Recibió más insultos que el referí Pablo Dóvalo” publicó La Política Online al menos hasta que el árbitro le anuló un gol al equipo local. Le salvó el pellejo Carlos Anacleto, ex vicepresidente del Lobo durante el mandato del polémico Juan José Muñoz, entre 2004 y 2006.

Este empresario dedicado al rubro de sanitarios y cerámicos lo rescató del bochorno en su palco, cuando todavía era un asesor sin cartera pero ya empezaba a desguazar el Estado. Ahora sigue su cruzada contra los clubes. Patrimonio levantado por distintas generaciones de socios que ya olvidó ese mantra que Milei repite como un loro en defensa del proyecto de vida del prójimo.

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