Ángel Di María vive en una montaña rusa de sensaciones, y todas son de las buenas. Este sábado le puso fin a esa larga espera para volver a pisar el Gigante de Arroyito, césped que lo vio crecer y formarse futbolísticamente, para disputar su primer partido como titular en su vuelta a Rosario Central.
Se sabía que iba a ser un día especial y así lo fue. Ya desde las primeras horas, los posteos en las redes sociales oficiales del Canalla lo tenían como protagonista a Fideo con frases alusivas a su retorno e imágenes suyas.
Incluso, hasta la cuenta del PSG le dedicó un emotivo mensaje: “El Fideo vuelve a jugar hoy en el Gigante de Arroyito y en el fútbol argentino. ¡Buena suerte, Angelito”.
Pero sin dudas, uno de los momentos más emotivos se dio en el calentamiento previo al partido contra Godoy Cruz, cuando el estadio explotó en la salida del campeón del mundo (sus compañeros salieron minutos después de él). La ovación, al igual que las lágrimas de Di María no tardaron en llegar.
Tras los movimientos pre competencia, los equipos saltaron a la cancha y el Gigante de Arroyito explotó: fuegos artificiales, banderas flameando y cánticos generalizados de agradecimiento a Fideo, quien salió de la mano junto a sus hijas.
El presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia también participó de la emotiva jornada, entregándole una plaqueta de reconocimiento con fotos de su trayectoria y fundiéndose en un abrazo con sentidas palabras a Di María.
Luego, la pelota comenzó a rodar, pero la secuencia quedó inmortalizada para siempre en los fanáticos canallas y en particular para el fútbol argentino por la vuelta del campeón del mundo, bicampeón de la Copa América, ganador de la Finalissima y del oro olímpico en Beijing 2008, todos los logros con gol incluido.