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Mundial de Clubes

El Auckland City de Nueva Zelanda ha sido uno de los rivales más humildes que tuvo la primera edición del ampliado Mundial de Clubes con 32 participantes. El club oceánico es amateur, lo que obliga a sus futbolistas a tener otros trabajos por fuera de la pelota para sostenerse en el día a día. Uno de ellos es Christian Gray, el autor de un gol histórico ante Boca Juniors, el primero de su elenco en la competición después de sufrir sendas goleadas: 10-0 al Bayern Múnich y 6-0 con Benfica. El zaguero central de 28 años marcó el empate parcial en el Geodis Park a los siete minutos del complemento, que se vio suspendido un largo rato por cuestiones climáticas. Se trató de su primer tanto en 13 juegos de la temporada. De hecho, el oriundo de la ciudad local de Gisborne solo había disputado 11 minutos en la competición de FIFA: entró en los instantes finales del cruce contra Benfica en Orlando. A pesar de eso, el DT del conjunto neozelandés decidió darle minutos en el tercer partido del grupo.

Sin embargo, el futbolista no se dedica a la disciplina a tiempo completo, ya que el portal especializado Olympics manifestó que el defensor es profesor en una escuela. Una labor compartida con su compañero en la última línea, Jordan Vale, quien hasta incluso había hablado con FIFA+ sobre su curiosa situación cuando debió pedir vacaciones para jugar el Mundial de Clubes de Marruecos 2022: “¡Tuvimos que darles bastantes explicaciones a algunos profesores que no siguen el fútbol! Pero una vez que lo entendieron, todos nos han apoyado muchísimo”. En su antiguo club, dio una entrevista en 2019, a sus 23 años, en la cual se había referido a sus metas pocos meses después de su arribo al Eastern Suburbs: “Solo me centro en desarrollarme personalmente. No tengo ningún objetivo claro en mente, pero voy a esforzarme al máximo para ver hasta dónde puedo llegar”. Más adelante, reveló el consejo que le daría a su yo más joven: “Creo que tienes que disfrutarlo, es una gran cantidad de cosas. Si lo disfrutas, entonces eso te motiva y todo lo demás viene solo”.

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Cabe destacar que los jugadores del Auckland City no perciben salario alguno por su labor en el verde césped. La legislación local pone un tope de 150 dólares neozelandeses semanales –poco más de 90 dólares estadounidenses– para gastos básicos, como la membresía del gimnasio. En el plantel hay conductores de carretillas elevadoras, un vendedor de bebidas gaseosas, agentes inmobiliarios, profesores, estudiantes universitarios y hasta un gerente de almacén. Incluso el capitán, Mario Ilich, trabaja en el departamento de ventas de Coca-Cola y le confesó a The Guardian: “He tomado todas mis vacaciones anuales para este viaje, así que no iré de vacaciones con mi pareja este año, eso es seguro”. Uno de los goleadores del conjunto neozelandés, Angus Kilkolly, detalló el paso a paso de su rutina: “Llego a la oficina a las 7:30, trabajo, entreno tres o cuatro veces por semana, llego a casa a las 21, me acuesto y otra vez desde el principio”. Debió pedir vacaciones sin goce de sueldo para estar en los Estados Unidos.

Los otros futbolistas titulares del equipo tienen las siguientes profesiones: Nathan Garrow (estudiante); Regont Murati (empresa de logística), Adam Mitchell (agente inmobiliario), Nikko Boxall (agente de seguros), Jerson Lagos (peluquero); David Yoo (profesor), Gerard Garriga (profesor), Dylan Manickum (jugador de futsal) y Myer Bevan (entrenador profesional).

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