Pero su homenaje no quedó solo en palabras. Al pie de su tumba, Mario hizo grabar el nombre con el que todos la conocieron y quisieron: “Lucía La Tremenda”. Un gesto que resume el amor, el respeto y la memoria viva de una mujer que dejó una marca imborrable.
Lucía ya no está, pero su espíritu sigue presente en quienes la conocieron. Durante cinco años, Mario Argañaraz fue parte de su vida, compartiendo momentos inolvidables como Navidades, cumpleaños y días comunes llenos de afecto.
Tras su fallecimiento, Mario le dedicó un conmovedor posteo en redes sociales:
“Supiste hacerte amar. Personas de toda la provincia, de todo el país y del mundo te recordarán por tu alegría, humildad y simpleza. Gracias, Lucía La Tremenda, por dejarme ser parte de tu vida y hacer feliz a tanta gente”, escribió.
Su ingenio, su amor y su sonrisa inolvidable quedarán guardados en el corazón de quienes, desde distintos puntos del país y del mundo, compartieron parte de su vida.