Este miércoles 4 de junio comenzó en Catamarca el juicio por jurado por la muerte de Sonia Liliana Garabedian, un caso que conmociona a la provincia desde hace más de una década. El principal imputado es su entonces pareja, Roberto Alejandro Barros, quien enfrenta cargos por abandono de persona seguido de muerte. Durante la primera audiencia, Barros optó por abstenerse de declarar frente al jurado.
La fiscal del caso, Jesica Miranda, sostuvo que Barros era plenamente consciente del estado de vulnerabilidad de Sonia, quien atravesaba un cuadro depresivo severo, y que incumplió con su obligación legal y moral de asistirla. Además, apuntó que tras el fallecimiento, el acusado habría vaciado la vivienda y retirado a los hijos del entorno materno, pese a estar notificado judicialmente sobre sus responsabilidades.
La querella, representada por el abogado Iván Sarquis, fue aún más contundente en su acusación, señalando que Barros ejerció un abandono progresivo y sistemático, aislando a la víctima de su familia y anulando su autonomía personal. “La omisión de Barros fue lo que la empujó al abismo”, afirmó Sarquis, quien adelantó que presentarán pruebas clave para demostrar la responsabilidad penal del acusado.
Por su parte, la defensa de Barros, a cargo del abogado Herman Zalazar, rechazó las acusaciones y describió el cuadro clínico de Garabedian como una psicosis grave, más allá de una depresión. Zalazar aseguró que Barros no actuó como victimario, sino como padre, negando cualquier apropiación de bienes. “Fue él quien salió a buscarla aquel 4 de diciembre de 2010, el último día en que fue vista con vida”, declaró el defensor ante el jurado.