domingo, 27 de abril de 2025 14:30
Un mes después de su regreso al centro de la atención pública y tras semanas de complicaciones de salud, los médicos de Jair Bolsonaro han informado que su condición es «estable» y fuera de peligro, aunque permanece internado en la unidad de terapia intensiva de la clínica privada DF Star. Este parte médico llega un día después de que el ex presidente brasileño experimentara un episodio de alta presión arterial, y dos semanas después de someterse a una compleja cirugía abdominal.
El líder ultraderechista, de 70 años, continúa bajo estricta observación médica. Su hospitalización coincide con la reciente decisión de la Corte Suprema de Brasil de iniciar un juicio en su contra por su presunta participación en un intento de golpe de Estado.
El jueves, un boletín médico había revelado un «empeoramiento clínico, elevación de presión arterial y alteración de las pruebas de laboratorio hepáticas». Sin embargo, el último informe de la clínica indica que Bolsonaro no ha presentado «nuevos picos de elevación de presión arterial» y que sus exámenes sugieren «una evolución normal del postoperatorio, descartando complicaciones o la necesidad de nuevos procedimientos».
Aún no se ha establecido una fecha para su salida de la unidad de cuidados intensivos, donde se recupera de una cirugía realizada el 13 de abril para corregir una obstrucción intestinal, secuela de una puñalada sufrida durante la campaña presidencial de 2018.
La situación de salud de Bolsonaro se ha visto agravada por su confrontación con el sistema judicial. El miércoles, el ex mandatario reaccionó con ira ante la visita de una funcionaria judicial que intentó notificarlo sobre el juicio en su contra. Un video difundido en su cuenta de X muestra a Bolsonaro visiblemente molesto, a pesar de las advertencias del personal médico sobre su elevada presión arterial.
Este incidente ocurrió un día después de que Bolsonaro participara en una transmisión en vivo por YouTube, desafiando las recomendaciones médicas de limitar las visitas. La Corte Suprema, al enterarse de la transmisión, afirmó que esto demostraba que era posible notificarlo.
La fiscalía acusa a Bolsonaro de liderar un complot para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva, cargos que podrían acarrear hasta 40 años de prisión si es declarado culpable.
Además, la Corte Suprema ha aceptado cargos contra seis aliados de Bolsonaro por su presunta participación en el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023. Estos nuevos imputados incluyen a ex asesores presidenciales y oficiales de policía, quienes, según la acusación, desempeñaron roles clave en la coordinación de acciones planificadas por el grupo central.
Bolsonaro ha negado las acusaciones, calificándolas de una maniobra política orquestada por Lula da Silva para impedir su participación en futuras elecciones. El ex presidente ha convocado a una protesta masiva en Sao Paulo para manifestar su rechazo al accionar de la justicia y solicitar amnistía para los condenados por los hechos de enero.