La intendenta de Santa María, Erika Inga, brindó un crudo panorama sobre la situación financiera del municipio, afectado por la caída en los fondos de coparticipación. En diálogo con la prensa, explicó que la comuna lleva meses aplicando medidas de contención para evitar sobresaltos, priorizando el pago de sueldos y la atención en salud. “Estamos al límite”, resumió.
Una de las decisiones más significativas fue la suspensión del programa de pavimentación y repavimentación, que se realizaba junto a Vialidad Provincial. “Hoy tenemos que decir que todo ese programa está suspendido hasta que la situación se estabilice”, afirmó. A esto se suman otras interrupciones en tareas de mejoras urbanas, ajustes en contratos de alquiler y telefonía, y el congelamiento de los sueldos del gabinete municipal.
Pese a la crisis, el municipio logró mantener el pago de salarios al día y reforzar su política de asistencia social, especialmente en salud. “Cada vez tenemos más personas que necesitan medicamentos, alimentos o traslados. Hay más adultos mayores que asistimos. La situación es muy triste”, describió la jefa comunal, quien advirtió sobre un aumento sostenido de la demanda social.
Inga también remarcó que el municipio busca fortalecer su recaudación local y trabaja en coordinación con la provincia. Sin embargo, la mirada está puesta en los próximos meses, donde el desafío será afrontar el pago de sueldos y aguinaldos. “Si esta situación se sostiene en el tiempo, es lo que más nos preocupa. Ya excede lo municipal”, concluyó.