domingo, 20 abril, 2025
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A River le falta jerarquía

A River le falta jerarquía

El equipo de Gallardo no levanta y cada vez despierta más inquietud entre sus hinchas.

River invirtió una fortuna de millones de dólares para reanimar el plantel. Y sin embargo, no arranca, no emociona. Le cuesta tanto ganar que empató nueve de los últimos diecisiete partidos que jugó en lo que va del año, en los que marcó apenas catorce goles. Pero no son los números la señal más grave de su actualidad. En la cancha, el equipo no transmite nada positivo, no ilusiona, no permite suponer un futuro optimista. En el campeonato, en la Copa Libertadores y en el próximo Mundial de Clubes. Los hinchas llenan el Monumental pero ven los partidos en silencio. O cantan su disconformidad y al final, empapan a los jugadores con una lluvia de silbidos. Viene pasando últimamente. Volvió a pasar el domingo por la noche luego del angustioso empate 1 a 1 con Talleres de Córdoba.

Ni siquiera el aura ganadora de Marcelo Gallardo parece ser suficiente. Este equipo no lo representa, parece no interpretarlo. La idea de juego del técnico bicampeón de América no les llega a los jugadores. No los moviliza como en otros tiempos. Gallardo pone y saca, prueba y prueba y nada le responde. No es que la magia se haya agotado. Simplemente, este plantel tiene mucha menos jerarquía que los otros que armó y dirigió en su glorioso primer ciclo como entrenador.

Ninguno de los jugadores que trajo Gallardo le dio un salto de calidad al plantel. Fabricio Bustos, Germán Pezzella, Marcos Acuña y Maximiliano Meza llegaron con él en agosto del año pasado para jugar la Copa y sólo Acuña pudo adueñarse de su puesto. El resto entra y sale como cualquiera. Seducidos por las llamadas del técnico, en el verano arribaron Gonzalo Montiel, Lucas Martínez Quarta, Giuliano Galoppo, Sebastián Driussi, Matías Rojas y Gonzalo Tapia, regresó Enzo Pérez y más o manos sucedió lo mismo. Fueron sólo nombres de peso que sonaban gratos a los oidos de los hinchas. Pero en verdad, ninguno aportó soluciones. Driussi, un mimado de Gallardo, ni siquiera ha podido hacer un gol.

Hace poco llegó el colombiano Kevin Castaño para reforzar la media cancha y ya se habla que el técnico reclamó tres jugadores más de nivel para el Mundial de Clubes. Sabe que así como está, le será dificil competir al máximo. De todo lo que ha probado, nada le ha resultado. Porque además mira al banco y tampoco encuentra variantes. Milton Casco (37 años), «Nacho» Fernández (35) y Manuel Lanzini (32) parecen haber cumplido su ciclo. Rodrigo Aliendro (34) anda en eso.

Solo el talento juvenil de Franco Mastantuono parece encender la chispa que se ha apagado y sacudir la apatía del equipo. Pero a sus 17 años todavía no tiene la espalda lo suficientemente ancha como para hacerse cargo de este momento millonario. Mastantuono (y en menor medida el puntero Ian Subiabre) son el futuro que ha llegado. Mientras tanto, en el presente rabioso, River no levanta cabeza. No gana ni pierde pero aburre y preocupa. Sin que Gallardo le encuentre salida al laberinto en el que se han metido él y un plantel con mucho renombre y poca jerarquia.      

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