José Daniel Simancas Rodríguez pasó meses detenido en Estados Unidos antes de ser deportado. Para su expulsión de ese país, fue trasladado a la base de Guantánamo junto a otros 176 venezolanos en un operativo cuestionado por organizaciones de derechos humanos. Durante su reclusión, aseguró haber vivido en condiciones inhumanas y haber sido tratado como un criminal sin pruebas.
Simancas Rodríguez relató que lo esposaron de pies y manos, para luego encadenarlo a otros detenidos antes de subirlo a un avión. Le dijeron que iría a Miami, pero aterrizó en la base de Guantánamo, donde permaneció durante 15 días. Allí estuvo completamente aislado, con poca comida y sin acceso a información sobre su situación legal.
El venezolano afirmó en diálogo con CNN que las condiciones en la base militar eran insoportables. En específico, contó que solo le permitieron bañarse dos veces durante toda su estadía, lo mantenían bajo estricta vigilancia y lo sometían a constantes revisiones de seguridad. También comentó que hasta pensó en suicidarse.
“La tortura es eso, el encierro. No estás vivo, tú estás ahí y no estás vivo, donde no sabes si es de día, de noche, no sabes en realidad el tiempo. Estás comiendo mal, cada día que estás ahí te vas muriendo poquito a poco. Lloré cada día durante esos 15 días”, comentó.
Simancas Rodríguez ingresó ilegalmente a Estados Unidos en mayo de 2024 tras cruzar la peligrosa selva del Darién. Asegura que lo señalaron como miembro de la organización criminal conocida como Tren de Aragua, solo por ser de Maracay y tener tatuajes.
“Fui el único que apartaron, solamente por decir que era de Maracay… para ellos ya era del Tren de Aragua”, comentó. Simancas había vivido en Ecuador, donde dice que permaneció hasta 2022. Luego pasó por Panamá, Costa Rica y México mientras seguía su rumbo al norte con el objetivo de “encontrar una mejor condición de vida”.
En sus primeros días en EE.UU., estuvo una semana en una prisión federal y luego fue enviado a un centro de detención migratoria en El Paso, Texas, donde permaneció nueve meses. Durante los interrogatorios, las autoridades intentaron vincularlo con la organización criminal venezolana.
Según CNN, existen documentos judiciales que señalan que Simancas reingresó ilegalmente a territorio estadounidense tras haber sido expulsado en una primera ocasión. El acusado lo niega. Mientras tanto, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) no puede emitir comentarios sobre estas denuncias porque hay un litigio pendiente.
Simancas relató que los detenidos recibían tres comidas diarias en porciones mínimas y que la hambruna era constante. “Lamía el plato como si la comida estuviera rica, pero en realidad era por hambre”, afirmó. También contó que los gritos de otros prisioneros eran su único sonido de compañía, en lo que describió como “un infierno”.
El 20 de febrero, las autoridades estadounidenses trasladaron a 177 venezolanos desde Guantánamo hasta Honduras, donde un avión de Conviasa, enviado por el gobierno de Nicolás Maduro, los llevó de regreso a Venezuela. El gobierno venezolano calificó la detención como “injusta” y responsabilizó a EE.UU. por las condiciones en la base.
Por su parte, el gobierno de Donald Trump justificó el traslado de migrantes a Guantánamo al asegurar que eran “lo peor de lo peor”. Sin embargo, un reciente informe del Centro de Acceso a Registros Transaccionales (TRAC, por sus siglas en inglés) reveló que el 54,7% de los detenidos hasta el momento no tenían antecedentes penales.
Ya de vuelta en su país, Simancas asegura que intentará reconstruir su vida en el sector de la construcción. “Querían generarnos un trauma y lo lograron”, dijo al referirse a su experiencia en Guantánamo. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), casi ocho millones de personas salieron de Venezuela desde 2014 debido a la crisis política y económica.
La versión de Maduro es otra: “No son delincuentes, no son malas personas, fueron personas que emigraron como consecuencia de las sanciones de Estados Unidos. En Venezuela les damos la bienvenida como una fuerza productiva, con un abrazo de amor”.
En tanto, el presidente venezolano afirmó que continuará con las repatriaciones y criticó la política migratoria de Estados Unidos mientras persisten las tensiones entre ambos países.