lunes, 13 enero, 2025
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Canonjías litíferas

La insólita expropiación de un predio en Fiambalá para regalárselo a la litífera china Zijin y la renuncia de la Provincia a sus derechos sobre las explotaciones que desarrollaba la Livent en el Salar del Hombre Muerto se emparentan como ejemplos de sumisión a las grandes corporaciones mineras.

A fines del año pasado, Zijin anunció una inversión de 600 millones de dólares en el marco del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) para la segunda etapa del proyecto Tres Quebradas, en Fiambalá.

El parte oficial, como es típico, hizo hincapié en la ampliación de la capacidad productiva del emprendimiento y los puestos de trabajo que se generarán en la región con tamaña millonada.

No se informó si el espectacular desembolso servirá para que el productor Pedro Saleme cobre por fin lo que le adeudan por el predio en el que funciona la planta de la litífera, que le fue expropiado por la Municipalidad de Fiambalá para obsequiárselo generosamente a la firma oriental.

Es decir: la Municipalidad de Fiambalá, en la gestión de Roxana Paulón, eximió a Zijin del gasto que le hubiera significado adquirir el terreno para edificar su planta, trámite que dejó a Seleme, propietario de las tierras, fuera del circuito de las tratativas y con el clavo de una deuda que no le pagan desde 2021.

Las razones de esta canonjía permanecen en un misterio que a nadie parece interesar mayormente.

No se sabe, por ejemplo, si los chinos condicionaron su desembarco a contar con un predio gratuito, aunque la alternativa parece improbable. Más razonable es la suposición de que se trató de una, como mínimo, alcahuetería de las autoridades municipales en busca de congraciarse con los forasteros, que por su parte le financiaron a Paulón fracasos tan resonantes como las maniobras publicitarias que se hicieron para anunciarlos como grandes hitos de desarrollo, como la mostera y el frigorífico, de los que no han vuelto a tenerse novedades.

Para ser justos, ha de reconocerse que la conducta de las autoridades municipales con los chinos no difieren de las provinciales con cuanto interesado en extraer litio se les ponga a tiro.

No se trata de comprensibles adulaciones protocolares, sino de ofertas de ventajas económicas con respecto a otras actividades que resultan incomprensibles en cuanto se advierte que los mineros no pueden irse a sacar litio de otro lado.

¿Hubieran desistido los chinos de la inversión en Tres Quebradas si la Municipalidad no les regalaba el predio de Saleme?

Lo absurdo de la hipótesis habilita interrogantes menos cómodos, vinculados a los motivos por los que los responsables del municipio procedieron con la expropiación. Que no pagarán ellos, por supuesto, sino la Municipalidad o el Gobierno, con los costos adicionales por el tiempo transcurrido. Tan fácil resulta hacerse el hospitalario con el patrimonio ajeno.

No hay explicaciones razonables ni para el predio regalado a los chinos ni para la entrega de los derechos provinciales a Livent

Lo del predio chino, con todo, es una bicoca al lado del favor que le hizo la gestión de Lucía Corpacci a Livent con la reforma del contrato por el proyecto Fénix de 2017. Como informó El Ancasti, las modificaciones le permitieron a la firma norteamericana transferir sus derechos en la puna sin el consentimiento de la Provincia.

Aprovechando tan conveniente prebenda, Livent se asoció primero con Allkem y luego ambas le vendieron sus activos a la multinacional Rio Tinto por 6.700 millones de dólares en efectivo.

Nadie hasta el momento ha sabido explicar a cambio de qué se le hizo tamaña concesión a la litífera.

Predios regalados, liberación de obligaciones contractuales. Grandes arcanos de la sumisa política minera catamarqueña.

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