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Qué significa namasté: la palabra central del yoga

domingo, 5 de enero de 2025 02:12

El yoga goza de una tremenda popularidad hoy en día. Ha conquistado a Occidente gracias a sus beneficios físicos y psicológicos y la variedad de clases no para de crecer.

Quienes practican esta disciplina milenaria, escuchan con frecuencia la palabra namasté: ¿cuál es el significado de este término que se usa generalmente como una despedida, al final del encuentro?

También podemos escuchar la palabra namasté en contextos relacionados con la relajación y la meditación, así como en personas o actividades que estén relacionadas con el ámbito espiritual.

Namasté es una palabra en idioma sánscrito y por eso pocas personas conocen su bello significado, el cual guarda un profundo mensaje que tiene una linda historia para conocer.

Los orígenes de la palabra namasté son muy remotos, ya que proviene de la ancestral cultura hindú caracterizada por la presencia de diversos idiomas.

La palabra namasté es utilizada en múltiples contextos y por personas de diferentes países, aunque tradicionalmente proceda de la cultura hindú.

El sánscrito es un idioma perfecto y completo desde el punto de vista gramatical, de acuerdo con los lingüistas. Además, literalmente significa algo así como “perfectamente hecho”. Incluso, en algunas partes del sur de Asia, se utiliza namaskar como sinónimo, sobre todo en Nepal para dirigirse a los mayores.

Los hindúes utilizan la palabra namasté como forma de saludo y despedida, así como para dar gracias, para pedir como muestra de respeto y generalmente acompañándola con el gesto (o”mudra”) de juntar las palmas de las manos en forma de rezo, colocándolas en el centro del pecho.

Es frecuente el uso de la palabra namasté en las clases de yoga, un contexto en el cual significa “me inclino” hacia la esencia divina.

Si vamos a la etimología de esta antigua palabra, hay que decir que, en realidad, namasté es una palabra compuesta.

El término “namas” significa “saludo” o “reverencia”, y proviene etimológicamente de nam, que quiere decir “postrarse” o “inclinarse”. Por su parte, el sufijo “te” es un pronombre personal, bastante parecido al equivalente en español, por cierto, que significa “a ti”.

Si juntamos ambos significados, descubrimos que namasté significaría algo así como “Te saludo” o “Te reverencio”.

Sin embargo, aquí no se agota el significado de esta palabra: más allá del aspecto estrictamente semántico de la palabra namasté, el aspecto filosófico-espiritual que posee el sánscrito, le otorga significados más profundos a esta palabra.

Así, por ejemplo, el término “namas” también puede ser interpretado como “nada mío”, significando que mi ego se reduce a la nada, connotando una actitud de humildad frente al otro. Si este saludo se realiza desde el corazón, se establece una conexión genuina entre las personas, por encima de las expectativas y máscaras sociales.

Otro matiz del significado espiritual de esta multifacética palabra está en la creencia de que existe una chispa divina en cada persona. Entonces, cuando la palabra namasté está acompañada del gesto, o mudra, de las manos en forma de rezo y la inclinación de la cabeza, estamos tácitamente reconociendo esta presencia divina en uno mismo y en el otro. Si lo expresáramos con palabras, sería algo así como: “La chispa divina que hay en mí reconoce la chispa divina que hay en ti”.

Otros de los significados atribuidos al saludo namasté son por ejemplo, “Su espíritu y mi espíritu son uno” atribuido a los aprendizajes y enseñanzas de Lilias Folan o “Lo que es divino en mí, saluda a lo divino en ti”.

En todos los casos, lo que se trata de transmitir es un saludo o despedida a la otra persona, desde la parte más profunda y espiritual de nuestro ser. Un gesto auténtico y sincero, liberado de todo prejuicio y que surge desde la parte más bondadosa de nosotros hacia las personas con las que nos encontramos.

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