viernes, 3 de enero de 2025 12:00
En una entrevista que le concedió la revista Pronto, Valeria Archimo habló a fondo sobre diferentes aspectos de su vida. Sin embargo, el que más resaltó fue cuando reveló que Flavio Mendoza le salvó la vida.
«Cuando era chica, Raúl Portal hacía un personaje llamado el Caco. Mi papá leía el diario a la mañana en la cama, muy relajado, muy parsimonioso y entrábamos corriendo con mi hermano y le decíamos «El Caco, el Caco» y como el personaje lo que hacía era entrar a cualquier lugar y desordenar todo, entonces le agarrábamos el diario a mi viejo, se lo tirábamos para arriba, le agarrábamos las almohadas, abríamos los placares, tirábamos las cosas y le hacíamos el Caco en su cuarto, Mi papá miraba todo, tirado en la cama y nos íbamos. Le quedaba todo el diario desarmado y nos íbamos, pero no nos gritaba ni nada sino que se reía. Era buenísimo y pienso en eso y todavía me río», comenzó.
Y agregó: «Cuando era chica, hacía gimnasia rítmica con elementos en River. Tenía muchas condiciones con el cuerpo pero no era tan buena con el elemento, aunque terminé en el grupo elite. Me acuerdo que mi entrenadora me decía «vos tenés que bailar, tenés que seguir bailando» y me anoté en una escuela de danza por Colegiales, la escuela de Margarita Bali y ahí empecé a conectar con el mundo de la danza. Todas las chicas que hacían ese taller se inscribían para entrar al taller de danza contemporánea del Teatro San Martín y yo me sumé. Entré al Teatro San Martín, hice todo el taller de danza contemporánea y ahí es como que surgió toda mi pasión por la danza, porque a partir de ahí no paré. Fue como una cadena de cosas que terminaron en lo que fue mi carrera, mi profesión, y bueno, y todo lo que se vino a lo largo de mi vida».
«Pasé por varias instancias en Sex. Primero entré para un elenco de gira, todo el 2022 que fue excelente, nos fue bárbaro y con un grupo humano y de artistas espectacular donde me hice muchos amigos. Después también estuve en la puesta en Mar de Plata y en Gorriti. Siempre estoy, cada tanto vuelvo porque nunca me fui totalmente. Ahora vuelvo con un lugar dentro de la compañía que me encanta. Vuelvo básicamente porque es un show que disfruto hacer. Me gusta lo que hago y la propuesta. Es un espectáculo que no solamente venís a divertirte sino que también tiene un mensaje que a la gente la modifica. Siento que es un espectáculo que venís y te trasciende, tenés una experiencia, te pasan cosas como espectador y te pasan cosas como artista», sumó.
«Rompí prejuicios, rompí también barreras tal vez que yo tenía en el escenario y que tenían que ver con el prejuicio. Trascendí esos prejuicios en el escenario como artista también y eso hizo que los trascienda para mi vida personal. Si bien yo sexualmente o sensualmente siempre vivo con mucha libertad mis deseos, Sex siento que también me liberó para ser más auténtica y no tan prejuiciosa para mi vida en general», remarcó.
«Siento en mí, tal vez que un «cuerno» cuando era más joven lo vivía de una manera, un tiempo después uno reacciona de otra manera. Hoy creo que el cuerno no molesta tanto sino el ser torpe. La infidelidad y el cuerno molesta, sí, porque duele, porque tiene que ver con una mentira, con un engaño del otro, de la persona con la que vos compartís, con la que vos confiás, y a partir de ahí es feo. Básicamente porque te lastima, te hace en algún punto sufrir o sentir mal. Pero siento hoy que es un tema que tal vez en una relación de amor, donde hay algo más allá, uno lo puede charlar. Hoy no sé si es definitivo de decir no te veo nunca más. Y lo de la torpeza tiene que ver con que a veces el que hace el cuerno expone al otro a una situación que no está buena. Es horrible lo que voy a decir pero si uno va a ser infiel, y no está en una relación abierta donde la infidelidad no está charlada como una posibilidad, si uno de los dos siente ganas de otra cosa y decide hacerlo a escondidas del otro, al menos ser consciente de lo que hará y cuidar al que tiene al lado. A ese descuido del otro llamo torpeza. Siento que hay que hablarlo antes, además ya me parece que el cuerno es vintage. Hoy las cosas se tienen que hablar», sostuvo.
«Estábamos haciendo una revista con Nito Artaza. Éramos los dos bailarines en el elenco y había una estructura en el fondo del escenario que tenía distintos niveles. Yo me trepaba, me paraba en el medio de la estructura a una altura tres metros, me tiraba hacia adelante y me atajaban Flavio y Vladimir, que era el otro bailarín. La verdad que yo no miraba si estaban los chicos porque estaba totalmente confiada. Pero un día me trepé, cuando llega el momento que me tenía que tirar, me tiro pero estaba Flavio sin Vladimir. Me tiré de tres metros, venía con todo el impulso de la altura y Flavio me atajó él solo y yo quedé apenas a cinco centímetros del piso. Cuando salimos me dijo de todo, con razón. «¿Cómo no vas a mirar? Sos una inconsciente», me decía, En un espectáculo con Gerardo, me pasó algo similar. Me ponía de espaldas y me tiraba de una estructura más alta y me atajaban los bailarines. Pero una vez me puse de espaldas, uno de los bailarines gritó, todavía no pero yo ya estaba en el aire y llegaron dos, tres a atajarme también», sentenció.
«Mis hijos, Ambar y Teo, que son mis pilares. Mi pareja Diego, sus hijos Guille y Jochi, que son mi cotidiano. Mi hermano vive en San Luis, lamentablemente lo tengo lejos, pero lo amo a él y a sus cuatro hijos y su mujer. Mi mamá que tiene 93 años y que hoy me toca cuidarla. Tengo amigas muy entrañables, muy cercanas. Gabi, que es como mi hermana y Amberita le dice tía», cerró.