martes 17 de diciembre de 2024
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Editorial
La decisión del Gobierno nacional de liberar la venta de algunos medicamentos ha provocado una ausencia de controles, según la denuncia de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA). No es un problema menor, o que deba subestimarse. Según la entidad, algunos de esos remedios son usados “para cortar droga”.
La desregulación en la venta de medicamentos, por ejemplo analgésicos o antiácidos, que se pueden adquirir en góndolas de farmacias u otros negocios, está trayendo consecuencias que ya se habían advertido como inevitables. Entre ellos, menos controles por parte del Estado respecto de la calidad y la seguridad de estos productos, y los problemas que se derivan de la automedicación.
La venta libre se habilitó a partir del decreto 1024/2024. El instrumento legal habilita a que las personas puedan adquirir los medicamentos en forma directa, sin la intermediación de un profesional farmacéutico matriculado.
En recientes declaraciones periodísticas, el presidente de la COFA, Ricardo Pesenti, formuló algunas advertencias respecto de la inconveniencia de la desregulación: “Un medicamento es un producto químico con implicancias de control de temperatura y humedad. Si está al rayo del sol nadie puede garantizar que no se alteró. El Gobierno había especificado que si un establecimiento quería vender analgésicos y antiácidos debía tener ciertos recaudos, pero en este último decreto lo sacaron, con el supuesto fin de dar accesibilidad y bajar precios. Pero los precios los pone el fabricante, no las farmacias. Y la accesibilidad está garantizada con las farmacias de turno, por lo que no vemos la necesidad”.
Cuando se detecta un problema con algún medicamento que está bajo la órbita del control farmacéutico, se activa un sistema de alertas que permite que en un plazo máximo de 48 horas el remedio sea retirado. Eso no puede suceder con los medicamentos que fueron desregulados y que se venden en circuitos que carecen de ese control. Además, los profesionales farmacéuticos han denunciado que en distintos relevamientos se encontraron en estaciones de servicio, supermercados y kioscos medicamentos de venta bajo receta, por ejemplo antibióticos.
Pesenti alertó además que “si no hay fiscalización se abre la posibilidad de que aparezca el mercado negro de falsificaciones. En los ’90 la situación terminó con la mafia de los medicamentos, el ‘caso efedrina’. Hay un montón de ejemplos”. Y añadió otro dato inquietante: “Hoy lo que se ve en lugares con mucha circulación de droga es que los medicamentos de venta libre están usándose para cortar droga. En Córdoba por ejemplo. Se está investigando”.
Como puede observarse, la desregulación en la venta de fármacos está trayendo más perjuicios que beneficios. De modo que resulta imprescindible que se retomen controles para garantizar que las intenciones desburocratizantes no terminen ocasionando daños irreparables en la salud de las personas.