jueves, 28 de noviembre de 2024 03:22
En mayo de este año, durante la Expo San Juan Minera 2024, se marcó un hito en la minería nacional con la conformación de la Mesa del Cobre, espacio de trabajo conjunto entre las provincias de San Juan, Salta, Catamarca y Mendoza, a partir de una iniciativa presentada por el gobernador sanjuanino Marcelo Orrego, que ayer fue elegido como primer presidente de la entidad. El sector tiene el potencial de movilizar inversiones por más de 20.000 millones de dólares y generar exportaciones adicionales de 9.000 millones de dólares anuales, si se logran activar al menos seis de los ocho megaproyectos que ya están en marcha. Se trata de emprendimientos de clase mundial que prevén una fuerte creación de más de 100.000 mil empleos entre directos e indirectos para los próximos años. La oportunidad es espléndida.
Hoy se observa una gran brecha entre oferta y demanda de cobre, tendencia que se acentuará a lo largo de los años La combinación entre minas antiguas y la falta de nuevos proyectos siembra el escenario ideal para que el denominado metal rojo aumente su cotización y se convierta en atractivo de inversión. Una vez más, Argentina en general y Catamarca en particular, se encuentran en una posición privilegiada: sus proyectos de cobre son altamente competitivos frente a sus pares de Chile y Perú desde todos los enfoques técnicos. El trabajo que viene es arduo, porque la necesidad de poner en marcha estos proyectos implica la total transformación de las economías regionales, a partir de la incorporación de 8.500 millones de dólares anuales a la matriz productiva, a lo largo de tres décadas. Como una nueva oportunidad. Así podría definirse el escenario para los grandes proyectos cupríferos de Argentina para los próximos años teniendo en cuenta las variables macroeconómicas, así como el estado de situación de este commodity a nivel global, acechado por una creciente demanda y una oferta que no respondería a la altura de las circunstancias.
El desafío es ubicarse a la altura de quienes hoy están en las grandes ligas, incluyendo vecinos como Chile y Perú, primer y segundo productor mundial de cobre, respectivamente. La demanda crece, sobre todo desde el gigantesco mercado asiático, y es difícil satisfacerla. Las principales operaciones de cobre del mundo producen menos que hace una década, y a nivel mundial el cronograma de proyectos de cobre actual es el más bajo del siglo, tanto en términos de cantidad como de capacidad de los proyectos. La mesa está servida, y por eso resulta vital que las provincias con mayor potencial, como Catamarca, en lugar de competir internamente y dificultarse el camino entre ellas, avancen en forma conjunta para intentar aprovechar esta oportunidad. Hay futuro con el cobre, y el momento de actuar es hoy.
El Esquiú.com