miércoles, 20 de noviembre de 2024 16:00
La salud de Jorge Lanata atraviesa hoy por una de sus etapas más duras y a donde no muchos creían posible que saliera adelante por su delicada situación. Sin embargo, el conductor tuvo, para lo que fue muchos, una recuperación milagrosa.
Pero eso no significa que esté recuperado ni mucho menos; el proceso es largo, con sus altibajos. Caerse y volver a levantarse. Y así es que Lanata se encuentra hoy, que luego de haber pasado por cuatro cirugías altamente riesgosas, sería nuevamente trasladado al Centro de Santa Catalina.
En medio de todas las tensiones que se viven con Elba Marcovecchio, su esposa, Bárbara Lanata, la mayor de sus hijas, salió a romper el silencio y fue determinante a la hora de informar cuál es el verdadero estado de su papá.
“Él está bien. Pasó muy bien el fin de semana, después de la operación del botón gástrico, y en algún momento lo van a trasladar. Mañana o pasado vuelve al sanatorio Santa Catalina”, comenzó diciendo la joven en diálogo con Intrusos.
Luego de lo que pasó entre con la esposa de su papá, la hija de Lanata, quien habitualmente no solía hablar con los medios, decidió que era hora de enfrentar lo que venía pasando y darle un cierre ante tanto revuelo mediático.
“Ya vamos para seis meses de internación. Estamos muy cansadas, pero tranquilas, porque está mejorando. Volvimos a la instancia de la rehabilitación, que es un paso importante. Es un alivio, aunque tenemos en claro que nos quedan muchos meses de rehabilitación, y que todo depende de muchos factores. Es un día a día”, confesó Bárbara.
Aunque cuesta ver a su papá de esa forma, hoy celebra que esté vivo y aún lo tengan: “Durante todo este tiempo pasamos por muchas etapas, por muchos sentimientos. Hablamos de muchas cosas. Estuve con él el fin de semana y hablamos, obvio. Habla normal; por momentos está medio perdido y por otros sabe dónde está. No sabe muy bien cuál es la situación y todavía no retiene información”.
Sobre el cierre de su relato también agregó: “Él nunca me hizo referencia al tema. Puede ser que en ese momento alguien le haya dicho algo y mi papá haya dicho: ‘¡Qué quilombo hay afuera!’. No sé bien cómo fue la frase. Eso puede haber pasado, pero dos días después quizá ya no se acuerda de eso”.