Este martes, Argentina fue el único país en votar en contra de la resolución que promueve la prevención de la violencia digital contra mujeres y niñas en las Naciones Unidas. Juan Gabriel Tokatlian advirtió que la decisión contradice el artículo 75 de la Constitución nacional y declaró: “Este modelo de sobreactuación nos va a resultar muy caro si se cree que el mundo sólo existe si está Estados Unidos”. “No podemos votar cuestiones que invalidan el sustento de nuestra Constitución”, criticó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Juan Gabriel Tokatlian es sociólogo y académico de la Universidad Torcuato Di Tella, donde fue cofundador y director del Centro de Estudios Internacionales. Es uno de los analistas internacionales más reconocidos del país. Ha publicado libros y ensayos sobre la política exterior argentina y las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.
¿Te imaginas un mundo así a esta altura de la vida?
Esto no les gusta a los autoritarios
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Si uno analiza las tendencias con una mirada de largo plazo, había muchos elementos previsibles, aunque operamos bajo una suerte de negación o una mirada occidentalista.
Han habido, hay y seguirá habiendo una serie de cambios muy significativos en el escenario internacional, puesto que estamos transitando hacia un orden no hegemónico.
Esa presunción de una hegemonía plena, global y total de Estados Unidos en particular, y de occidente en general, está siendo cuestionada porque no existe la capacidad ni la incidencia de occidente y de Estados Unidos para hacer suyo un modelo universal.
Trump desconcertó a sus aliados al designar a un conductor de Fox como secretario de Defensa
Por otro lado, China avanza y está en auge, pero no tiene la disponibilidad ni la voluntad de un ejercicio hegemónico. Si la tuviese, encontraría limitaciones en su propia vecindad, como en la India y en el conjunto de acuerdos militares que tiene Estados Unidos en el sudeste asiático.
Estamos transitando un mundo en el cual más que incertidumbre, hay pugnacidad, y más que inestabilidad, hay peligrosidad.
¿Esta decadencia estética no es un síntoma de la decadencia de occidente?
Más que hablar de la decadencia de occidente, hablaría de un declive económico, tecnológico, material y cultural, pero occidente siempre ha tenido capacidad de resiliencia, aunque la visión del occidente está centrada en el mundo anglosajón.
Por otro lado, mi sensación es que hay fenómenos que tienen una transversalidad global, como el deterioro de la democracia, la crisis de los foros multilaterales, la creciente militarización de las sociedades hacia adentro.
Esos fenómenos indican que estamos en un mundo donde cada vez hay menos factores moderadores, y eso se agrava con liderazgos como el que va a representar el presidente Trump desde enero del próximo año.
¿Creés que viene un Trump mejor o peor?
En primer lugar, este Trump es un Trump que regresa. Esto sólo se ha dado una vez antes, cuando un presidente no fue reelecto de manera inmediata, sino en la siguiente elección.
Tenemos un antecedente de lo que fue Trump en su primer mandato. Por ejemplo, recurrió a instrumentos militares indirectos, como el uso de drones, pero también es el mismo Trump que decidió salir de Afganistán. Eso demostró que EE.UU había sobreextendido su capacidad militar.
Por otro lado, Trump se presentó como el gran pacificador de Medio Oriente, pero lo único que hizo fue exacerbar la situación. Trasladó la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, se retiró del acuerdo P5+1 con Irán en materia nuclear, respaldó la política de los colonos israelíes en Cisjordania y le dio un pleno apoyo a Netanyahu.
Durante sus cuatro años de gestión, Trump mostró un apoyo sólido y sostenido a Israel y un cercamiento en torno a Irán, y creo que eso se va a sostener en este mandato.
En el caso de Europa, Trump observaba al continente en el límite del desprecio, o del desdén, y creo que eso también se va a repetir. Nunca se sintió convocado ni interpelado por Europa, y siempre entendió que los presupuestos de defensa destinados a la protección europea en realidad venían de Estados Unidos, y que los países europeos hacían poco en materia de defensa.
En respecto a América latina, fue el presidente electo de Estados Unidos que menos veces visitó la región desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Visitó Argentina en la cumbre del G20 y no visitó Brasil ni México.
Elecciones en EE.UU.: ¿Quién es Marco Rubio, el canciller cubano de Donald Trump?
Tuvo una política dura y ruda frente a Cuba y a Venezuela, inició una fuerte política anti inmigratoria y ahora viene con el mismo espíritu. Esta vez, viene con la decisión de ir adelante y su secretario de Estado, de origen latinoamericano, Marco Rubio, va a apoyar eso.
Hay cosas de este primer Trump que nos pueden ayudar a entender al segundo Trump, aunque va a operar bajo otras condiciones. Su deseo de competir frontalmente contra China encuentra a un Estados Unidos más debilitado y a una China más fuerte.
El G7, como mecanismo de consulta entre los principales actores internacionales de occidente, se enfrenta ante un BRICS ampliado, a una serie de coaliciones desde el sur global mucho más diversidad e impugnadas de lo que ha sido Estados Unidos.
Será el viejo Trump, con algunos cambios, y el nuevo Trump, que enfrentará novedades elocuentes en el sistema internacional.
¿Designás alguna posibilidad al riesgo de una deriva autoritaria, como la búsqueda de un tercer mandato?
En ese caso, insisto con que hay que analizar al primer Trump. El primer Trump terminó profundamente molesto e irritado con el Partido Republicano y con la burocracia. Entonces, pasó una directiva presidencial al final de su primer mandato, que pensaba ejecutar en su reelección, que se llama “Apéndice F”.
El “Apéndice F” indicaba que si los funcionarios no cumplían con los objetivos trazados por el ejecutivo, es decir, si no hacían lo que Trump les ordenaba, podían perder privilegios o ser removidos de su puesto.
Una de las primeras acciones que tomó el presidente Biden al iniciar su mandato fue revocar este apéndice, y uno de los primeros anuncios que hizo Trump luego del triunfo fue la vuelta de esa medida recargada.
No solamente tiene una concentración del Congreso, porque su partido controla las dos Cámaras, y una Corte Suprema conservadora, sino que también quiere concentrar la máxima autoridad posible en sus atributos de decisión. Eso está muy en el límite de propensiones autoritarias que no hay que descartar en su gestión.
Hay otros temas que vemos de lejos y parecen menores pero que hay que tener en cuenta. En los próximos años, vamos a ver qué pasa con la relación entre los civiles y los militares en Estados Unidos.
Él ha dicho que las Fuerzas Armadas son débiles, inefectivas y que los quiere involucrar en acciones internas porque “hay enemigos internos que son más peligrosos que Rusia y China”. También dijo que los militares deben ser readaptados y ha colocado un secretario de Defensa que desconoce a las Fuerzas Armadas.
Hace unos días, altos oficiales del Pentágono se reunieron para preguntarse qué va a pasar si Trump da una orden ilegal. Ahí hay un orden de fricción inusual para Estados Unidos.
Claudio Mardones: ¿Qué opina de la designación de Marco Rubio al frente del departamento de Estado?
En primer lugar, si hubo alguien muy convencional en cuanto a ser parte del establishment republicano ha sido Marco Rubio, y ha tenido una transformación radical en favor de Trump que sobrepasa a las posiciones más moderadas del Partido Republciano. Marco Rubio ha reforzado su adhesión a Trump y no es el mismo de hace 6 años.
En segundo lugar, por decisiones que él empujó en el Congreso, impuso aranceles a China. Por eso, China le tiene prohibida la entrada. Va a ser el primer secretario de Estado que no podrá visitar China.
Los latinoamericanos siempre dijeron que nunca hay alguien en el departamento de Estado que conozca la región. Conociendo a Marco Rubio, no sé si ahora diríamos eso. Me pregunto si va a ser lo mejor para América latina porque hay focos con Cuba, con Venezuela y también con México por la migración, los aranceles y el fentanilo.
Marco Rubio será un arquitecto importante de la política mexicana de Estados Unidos y los efectos que eso podría tener para Centroamérica y el Caribe.
Organizaciones sociales denunciaron a Javier Milei por «destruir políticas públicas» ante la CIDH: qué dijo el Gobierno
Elizabeth Peger: ¿Qué posibilidad tiene el planteo que hizo el presidente Milei en torno a su apuesta de negociar un TLC con la gestión Trump?
En primer lugar, no podría hacerlo de manera solitaria por el acuerdo del Mercosur, aunque Uruguay también esbozó esa idea. Creo que se trata de reforzar la vinculación estrecha que quiere tener el Presidente con Estados Unidos. Esa posición la ha demostrado desde el inicio de su gestión y la comprueba en las votaciones que asume Argentina en el escenario internacional, como en el caso de la protección de las niñas y mujeres en materia digital.
En estos temas, especialmente en lo que refiere a niñas, mujeres y comunidades indígenas, advierto que contradice el artículo 75 de nuestra Constitución, que incorpora tratados internacionales. No podemos votar cuestiones que invalidan el sustento de nuestra Constitución, que obligaría a defender los intereses nacionales, en solitario, o con una compañía acotada.
Este modelo de sobreactuación nos va a resultar muy caro si se cree que el mundo sólo existe si está Estados Unidos. Hay otros 192 países en el mundo. Muchos miran con sorpresa, varios con animadversión, otros perplejos y otros ya saturados de la Argentina.
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