Los 28 puntos que cosechó Williams en la temporada pasada ubicaron a la escudería de Grove en un prometedor séptimo puesto en el Mundial de Constructores de Fórmula 1. Un avance grande, después de que cerrara en el último escalón el campeonato de 2022, con apenas ocho unidades. Las proyecciones de apuntalar la campaña y posicionarse como cabeza del segundo segmento de equipos en 2024 estallaron con los accidentes que protagonizaron sus pilotos Alexander Albon y Logan Sargeant.
El descenso podría acentuarse en el futuro, porque las reparaciones tuvieron un costo de más de dos millones de euros, y la falta de ese dinero impide avanzar en desarrollos en épocas de límites de presupuesto en la categoría. Sin tiempo y sin plata, Williams vuelve a enredarse y el retroceso agita a los inversores de Dorilton Capital, que tomaron en 2020 las riendas de la última escudería familiar que tuvo el Gran Circo.
El impactante accidente de Albon en Australia
La hoja de ruta del calendario comenzó en Bahréin, siguió por Arabia Saudita, se trasladó a Australia y tuvo su cita más reciente en Japón. Tres equipos todavía no puntuaron y uno es la mítica escuadra británica, de pasado glorioso en las décadas de 1980 y 1990; Alpine y Sauber son las restantes. La estadística señala que en 2023, después de anotar un punto en la apertura con un décimo puesto de Albon en Bahréin, Williams desanduvo seis grandes premios sin volver a sumar y se hundió en el último casillero.
La gigantesca diferencia entre ambas campañas radica en que la gestión que empezó a corregirse con el desembarco de James Vowles desde Mercedes se verá frenada. En el camino de reorganizar, Vowles descubrió que todavía en la fábrica se empleaba una hoja de cálculo de Excel para el control de 20.000 piezas; con ese dato se entiende que no haya sido una casualidad que el auto estuviera completo apenas tres semanas antes de la presentación y que, cuando algo falla, Williams prácticamente no tenga un Plan B, como en 2019, cuando no giró durante el primer día de ensayos de pretemporada.
La situación crítica de ahora duele en el presente y tendrá un costo para el futuro. Los choques provocaron que el equipo no tenga ningún chasis intacto para el Gran Premio de China, que tendrá lugar en el circuito de Shanghái desde el 19 de abril. Las reparaciones, la sustitución del suelo, los cambios de alerones y de componentes de la suspensión, dos cajas de velocidades nuevas… son consecuencias de los tres incidentes que soportaron los Williams en el calendario. La factura, según estimaciones de The Race, totaliza más de dos millones de euros.
“Conocemos el alcance, no es algo que debamos ocultar. Son mucho tiempo y mucho esfuerzo lo que se necesita para reparar, y ese dinero debía ser destinado a desarrollar y a las actualizaciones. Es un precio que se pagará más adelante en la temporada”, reconoció Albon, que tuvo un fortísimo golpe en las pruebas en Albert Park, de Melbourne, y luego se enganchó con Daniel Ricciardo en el primer giro en Suzuka.
El choque de Ricciardo y Albon, desde el cockpit
Las carreras en Australia y en Japón son las dos citas que los equipos más sufren cuando se produce un accidente de relativa magnitud. Trasladar los chasis a las factorías (casi todas, localizadas en Gran Bretaña) implica dinero y tiempo, y Williams tuvo que efectuar los dos viajes. “Tocará sacrificar ciertas cosas”, apuntó Vowles, que al igual que el piloto anglo-tailandés lamenta la repercusión que tendrán en el futuro los gastos del presente.
La cadena de incidentes empezó en el circuito callejero australiano, donde Albon destruyó su auto en los entrenamientos. Una primera revisión confirmó que la escudería no podría reparar a tiempo los componentes, y como no tenía un chasis sustituto, la opción era quitarle el asiento a Sargeant para que Albon, dotado de más experiencia, fuera parte de la grilla de largada. “Nos decepciona que los daños sufridos nos hayan obligado a retirar un auto el fin de semana. Es inaceptable en la Fórmula 1 actual no tener un chasis de repuesto, pero es un reflejo de lo atrasados que estábamos en el receso. Una ilustración de por qué tenemos que pasar por un cambio significativo con el fin de ponernos en una mejor posición para el futuro”, advirtió Vowles. La decisión no trajo el resultado deseado: Albon terminó 11º en Melbourne, detrás de Kevin Magnussen (Haas), ya fuera de los puestos que otorgan puntaje.
La visita a Japón tuvo dos incidentes que involucraron a ambos autos de Williams. Sargeant fue el primero en jaquear a los ingenieros y mecánicos de Grove. El piloto estadounidense dispuso del chasis reparado del auto de Albon, perdió el control al pisar con los neumáticos derechos el pasto en la curva Dunlop –de alta velocidad– y golpeó las barreras de protección con los dos extremos del auto. “Es bastante significativa”, comentó, agrio, Vowles, sobre la dimensión del deterioro del coche. “El chasis está bien, pero diría que casi todo lo demás, no”, agregó el ingeniero británico. Sargeant no giró en la segunda tanda de prácticas y se clasificó anteúltimo, por delante del chino Guanyu Zhou (Sauber). La llegada de la carrera lo descubrió 17º, como el último de los pilotos que terminaron en la pista; los tres restantes abandonaron.
Uno de los que desertaron en Suzuka fue Albon, que no completó siquiera una vuelta, tras engancharse con Ricciardo en la curva 3, del sector de las eses. “El impacto fue a una velocidad relativamente baja, pero lo grave es la forma en que se golpeó el muro de neumáticos. Estas barreras, normalmente, son de plástico. Con la barrera de neumáticos el auto se detiene muy violentamente”, agregó el ex piloto de Red Bull Racing y de Toro Rosso. “No es un secreto que estamos pasándola mal”, admitió Albon.
El incidente de Sargeant en una práctica en Suzuka
“Las dos últimas semanas fueron duras. Para cualquier equipo tener tres accidentes importantes por los que hay que arreglar casi todo el auto es algo enorme. Sufrirlo a lo largo de toda la temporada es manejable, pero que ocurra en dos carreras consecutivas es difícil y el impacto será enorme. Estamos fabricando piezas de repuesto tan rápido como podemos, pero el rendimiento se resentirá. No podremos producir tantas mejoras: las que estaban, por desgracia, se rompieron y hay que construirlas nuevamente”, detalló Vowles el complejo escenario.
De la fábrica de alfombras abandonada, donde sir Frank Williams y Patrick Head iniciaron la aventura, y las 114 victorias, las nueve conquistas del Mundial de Constructores y los siete pilotos campeones… a una cadena de incidentes que sacude a Grove y a las ilusiones de la última estructura familiar que ha tenido la Fórmula 1.