sábado, 18 de octubre de 2025 17:40
El cáncer de mama es una de las enfermedades más frecuentes entre las mujeres. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, en 2022 se registraron 5.750 fallecimientos en Argentina, con una tasa bruta de mortalidad de 24,4 por cada 100.000 mujeres, riesgo que aumenta significativamente con la edad: llega a 151,6 por 100.000 mujeres mayores de 80 años.
“La buena noticia es que existen acciones concretas que pueden ayudarnos a reducir el riesgo. Mantener un peso saludable, realizar actividad física de forma regular, llevar una alimentación equilibrada basada en frutas y verduras, limitar el consumo de alcohol y evitar el tabaco son medidas fundamentales”, indicó la Dra. Valeria Valko, ginecóloga de Ospedyc.
La especialista añadió que amamantar durante al menos seis meses también impacta positivamente en la salud mamaria. “Pequeños cambios cotidianos, sumados, hacen una gran diferencia”, señaló.
No obstante, incluso con hábitos saludables, la enfermedad puede aparecer. Por ello, el diagnóstico temprano es fundamental: aumenta las probabilidades de cura y permite tratamientos menos agresivos. Las herramientas principales para lograrlo son la mamografía y la ecografía mamaria, que se recomiendan una vez al año a partir de los 40 años, aunque el seguimiento puede adelantarse según indicación médica.
“El autoexamen mamario, realizado mensualmente, cumple un rol importante, pero no reemplaza los estudios médicos. Ayuda a conocer el propio cuerpo y a detectar cambios que requieren consulta inmediata”, agregó Valko.
Entre las señales de alerta se encuentran bultos o nódulos en la mama o axila, retracción o enrojecimiento de la piel, secreción por el pezón —especialmente con sangre— y modificaciones en la forma o tamaño de la mama. Identificar estas alteraciones y consultar a tiempo con un especialista puede marcar la diferencia.
“La prevención y el cuidado son un camino compartido. Informarse, adoptar hábitos saludables y no postergar los controles médicos anuales son pasos fundamentales para cuidar la salud mamaria. Porque un diagnóstico temprano no solo salva vidas, también abre la puerta a un tratamiento más efectivo y con mejores resultados”, concluyó la especialista.