La emergencia presupuestaria de la Universidad y el Garrahan es innegable. Tras meses de lucha, el Congreso discute las leyes de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica, estas son un paso adelante en la defensa de la educación pública y la salud. Sin embargo, el gobierno de fachos y coimeros ya anunció que las va a vetar.
La derrota electoral de Milei abre un nuevo escenario
El gobierno acaba de sufrir una derrota política tremenda en la Provincia de Buenos Aires, donde se comió un palizón electoral. No fue por maniobras en las alturas, ni por expectativas en Axel, Taiana o el tren fantasma del PJ, responsables —junto con la CGT— de que hoy Milei gobierne y ejecute el plan criminal del FMI. La derrota de Milei se explica por la lucha de clases en las calles: Garrahan, CONICET, jubilados, personas con discapacidad, docentes y trabajadores que nunca dejamos de luchar. Fuimos los hacedores de esta derrota.
Este golpe al gobierno abre una oportunidad: fortalece la musculatura de quienes luchamos y muestra que es posible ganar la pelea en defensa de la Universidad y el Garrahan.
Están en su peor momento, no les demos tregua
El plan del gobierno siempre fue claro, pero las derrotas en el Congreso, la situación económica, las muertes por fentanilo adulterado y el escándalo de las coimas en discapacidad los dejaron sin iniciativa. El contexto electoral los presiona, los diputados y senadores que le votaban todo empiezan a huir por miedo a la bronca social. Pero no podemos esperar que esto los haga retroceder: los fachos no tienen plan B y se van a jugar a seguir ajustando. Por eso, la única salida está en la calle.
El ejemplo del Garrahan y la organización desde abajo
El Hospital Garrahan marca el camino. La Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT), junto a delegados de base y un importante colectivo de autoconvocados, construyen un comité de lucha democrático con planes votados en asambleas, paros, movilizaciones y acciones escalonadas, forjando lazos de solidaridad con la sociedad y otros sectores en lucha. Convirtieron la defensa del principal hospital pediátrico de Sudamérica en una causa nacional. Ese es el ejemplo que debemos seguir.
Se viene la tercera: asambleas y Congreso
Frente al ataque a la universidad, el CIN resolvió una consigna clara: “Si hay veto, hay marcha”. Es un primer paso importante, porque incluso las autoridades reconocen que el terreno para ganarle al gobierno es la calle. Pero esperar al 11 de septiembre para que se confirme el veto y recién después movilizar es regalarle tiempo al gobierno.
El segundo cuatrimestre arrancó con paros docentes y no docentes, clases públicas, jornadas unitarias entre CONICET y la UNC, y asambleas. Sigamos este camino. El 10 de septiembre hagamos grandes jornadas de clases públicas en todo el país, como vienen impulsando AGD y Feduba en conjunto con el Garrahan, preparando una movilización masiva al Congreso cuando se traten los vetos.
Tenemos que exigir a las conducciones que convoquen a asambleas para organizar desde abajo, y donde no lo hagan, autoconvocarnos. Para triunfar debemos ser les estudiantes la vanguardia, coordinando con los sectores de salud combativa, delegades de base y activistas, levantando una perspectiva de unidad hasta vencer.
Luchar y construir alternativa
Entretejer la pelea universitaria con la de la salud pública puede ser un canal para expresar la bronca contra el gobierno, como el 23 de abril pasado. Retomemos el espíritu del Cordobazo y de la unidad obrero–estudiantil que marcó época. No se trata solo de frenar el veto: se trata de transformar la bronca social en fuerza organizada para impedir que pase el ajuste. Con la Universidad y la salud no se jode. ¡Milei se tiene que ir!
Conquistar el presupuesto tiene que ser el primer paso para transformar la universidad: democratizar el co-gobierno, derrotar el SACAU que busca fragmentar y mercantilizar la educación, garantizar salarios dignos, aumentar las becas y asegurar que todos podamos estudiar y egresarnos. Una universidad laica, científica, cultural y al servicio de las mayorías populares, que defienda también causas internacionales como Palestina frente al genocidio israelí.
Una alternativa política socialista
No queremos volver al pasado de tibios y traidores. La derrota de Milei tiene que ser el inicio de una nueva etapa: construir un movimiento estudiantil y popular que organice la bronca en una alternativa política socialista. Con la fuerza de lo que ya demostramos en las calles, recuperemos centros y federaciones, ganemos posiciones en sindicatos combativos y postulemos una salida propia para que gobiernen quienes nunca gobernamos: trabajadores, estudiantes y el pueblo que vive de su trabajo.
Coordinación Nacional de la Juventud Socialista del MST/FITU