La Oficina de Derechos Humanos de la ONU volvió a poner en la mira a Estados Unidos luego del operativo naval que terminó con la eliminación de 11 integrantes del Tren de Aragua en aguas internacionales del Caribe.
El hecho ocurrió esta semana cuando las FuerzasArmadas norteamericanas, siguiendo órdenes directas del presidente Donald Trump, atacaron una embarcación de la organización criminal de origen venezolano, considerada por Washington una “Organización Terrorista Extranjera”.
La respuesta de la ONU fue inmediata. Desde Ginebra, la portavoz de derechos humanos, Ravina Shamdasani, afirmó que “no se debe matar a las personas por consumir, traficar, vender o poseer drogas”.
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Según sostuvo, “el uso intencional de la fuerza letal solo se permite como medida de último recurso contra una persona que represente una amenaza inminente para la vida”. Además, pidió que cualquier muerte ocurrida en operaciones de este tipo sea investigada “de forma independiente, rápida y transparente”.
Sin embargo, la reacción del organismo internacional se centra exclusivamente en criticar a Estados Unidos y no en reconocer el impacto del narcotráfico en la vida cotidiana de millones de ciudadanos de la región, que padecen violencia, inseguridad y economías destruidas por la actividad de los carteles.
La postura de la ONU deja entrever una contradicción evidente: mientras condena con firmeza a quienes toman medidas contra las organizaciones criminales, guarda silencio cuando estas mismas mafias actúan impunemente en América Latina.
Por su parte, el Departamento de Defensa estadounidense sostuvo que el ataque “es solo el inicio de una campaña contra los carteles, que, según Washington, están controlados por el Gobierno de Venezuela”. La operación, conducida por el Comando Sur, se enmarca en la estrategia de la Casa Blanca de intensificar la presión sobre el régimen de Nicolás Maduro y sus aliados criminales.
Trump publicó un video del momento en el que, «siguiendo mis órdenes», las Fuerzas Militares de EEUU atacaron una embarcación del cártel narcoterrorista Tren de Aragua «bajo el control de Nicolás Maduro»: «El ataque resultó en la muerte de 11 terroristas»
El propio Trump confirmó la acción militar a través de su cuenta en Truth Social: “Esta mañana, siguiendo mis órdenes, las Fuerzas Militares de EE. UU. llevaron a cabo un ataque cinético contra narcoterroristas del Tren de Aragua identificados positivamente en el área de responsabilidad del Comando Sur. (…) El ataque resultó en la muerte de 11 terroristas. Ningún miembro de las Fuerzas Armadas de EE. UU. resultó herido. Que esto sirva de aviso a cualquiera que esté considerando importar drogas a Estados Unidos. ¡CUIDADO!”.
El contraste es claro: mientras Estados Unidos asume costos políticos y militares para enfrentar a grupos que desestabilizan la región, la ONU se limita a emitir comunicados que terminan protegiendo a los delincuentes antes que a los ciudadanos.
El organismo insiste en cuestionar el uso de la fuerza, pero a la hora de actuar contra regímenes autoritarios o mafias internacionales suele elegir la inacción o la tibieza diplomática.