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Caos total

miércoles, 3 de septiembre de 2025 02:17

El “mejor gobierno de la historia”, según Javier Milei, parece haber perdido el control de sus actos, y acumula errores en su desesperación por frenar las repercusiones del escándalo de las coimas. Sin respuestas ni capacidad de negar el escándalo desatado por los audios de Diego Spagnuolo, Casa Rosada entró en pánico ante el anuncio de que también existían audios de Karina Milei, y encontró un refugio judicial directamente para prohibir su difusión, una locura  que incluye la denuncia de una delirante trama con participación extranjera y persecución a medios y periodistas.  En efecto, el gobierno salió a silenciar y perseguir comunicadores para tapar el escándalo de las coimas en Discapacidad y la feroz interna libertaria que dio origen a los audios de la corrupción. A través de dos denuncias, una penal y otra civil, el gobierno libertario pidió allanamientos a comunicadores y abogados con el insólito argumento de que se trata de un complot urdido por el kirchnerismo con influencia rusa, venezolana, boliviana y hasta de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). En las 20 páginas de la denuncia penal no se menciona a Diego Spagnuolo ni aparecen las palabras coimas o medicamentos para discapacitados con “el 3 por ciento para Karina”. Menos aún se menciona a los libertarios que evidentemente grabaron los audios, dado que unos se originaron en la Casa Rosada -lugar al que no tienen acceso ni kirchneristas ni rusos ni venezolanos ni bolivianos-. Tampoco figuran otros audios que provienen de un libertario al que Spagnuolo recurrió porque “los Menem y Karina se la llevan toda y yo pongo la firma”. El juez civil Alejandro Maraniello enseguida le dio curso a una cautelar poniéndole cepo a los audios y prohibiendo su difusión. Maraniello tiene ocho denuncias, cinco de ellas por acoso y abuso sexual, y parece querer congraciarse con los Milei porque está acusado en el Consejo de la Magistratura y también en un expediente que tramita la jueza María Servini. Todo indica que el gobierno tomó nota de la catástrofe de Corrientes, donde La Libertad Avanza (LLA) quedó cuarta, y de la brutal caída en las encuestas, a días de una elección clave como es la de Provincia de Buenos Aires. De hecho, en la denuncia presentada este lunes se considera que la difusión de las confesiones de Spagnuolo buscan “influir ilegítimamente en la opinión pública, alarmar y desinformar y de este modo influenciar el proceso electoral”. La denuncia la firma Fernando Soto, mano derecha de Patricia Bullrich, pero tiene todo el aval de la Casa Rosada, porque de inmediato la retwiteó Javier Milei. Y, casualmente, o no casualmente, el expediente recayó por sorteo en el juzgado de Julián Ercolini y la fiscalía de Carlos Stornelli, dos piezas del entramado macrista en Comodoro Py. 

Cepo a la información

En realidad, el contenido de los audios fue tácitamente convalidado por la Casa Rosada cuando echó a Spagnuolo del cargo y a lo largo de dos semanas no tuvo respuesta alguna: el Presidente no twiteó, sus funcionarios desaparecieron de los medios y las caravanas electorales no pudieron transitar más que una o dos cuadras. Tras 14 días de parálisis, el objetivo inicial es apagar el fuego, silenciar la investigación sobre las coimas en Andis. Para eso, el gobierno transitó dos caminos. En la denuncia penal, se pide una cautelar con la que se prohíba la difusión de las grabaciones a todos los niveles, con órdenes a los medios de comunicación e incluso a las plataformas de las redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, Google y varias más. Y no sólo los audios en que se escucha a Karina, sino todos los audios. Cepo total. Que nadie hable del tema, es todo lo que el Gobierno atina a hacer ante la montaña que se le vino encima.

Intento desesperado

El intento oficial, el gran objetivo de la denuncia penal de Bullrich es impedir que se siga hablando de las coimas en Discapacidad. Porque no le pide al juez que no se difundan audios de Karina Milei por un tema de seguridad nacional, sino que la prohibición debe ser general respecto de “funcionarios y exfuncionarios”, lo que abarca a Spagnuolo. La consigna es que no haya nada más en los medios del 3 por ciento de Karina, ni que los Menem “se la llevan toda” o que Spagnulo le avisó de la corrupción al presidente. El segundo objetivo es tapar la feroz interna libertaria, porque evidentemente los audios tienen ese origen. Si alguien grabó a Karina Milei en la Casa Rosada, se trató de un integrante de LLA. Si Spagnuolo le confesó a otra persona que los Menem y Karina “se la están llevando toda, toda”, esa persona era del entorno libertario. Como se sabe, el extitular de Discapacidad es una persona inestable que le contó las cosas a innumerables integrantes del entorno libertario. De manera que todo indica que quien o quienes grabaron a Spagnuolo y a Karina son parte de LLA, quisieron jugar las cartas en la interna despiadada que tienen los libertarios y las cosas se les fueron de las manos. Bullrich trata de tirar la pelota afuera delirando sobre la intervención, rusa, venezolana, boliviana y de la AFA.

Recuerdos

Como periódicamente sucede, la prensa nacional volverá a enfocarse en el denominado Caso Morales, esta vez porque se acerca el 35 aniversario del horrendo crimen de la joven chacarera, de modo que las notas e historias que se repiten cada año serán difundidas con más énfasis. A nivel nacional, se instaló la historia oficial y generalmente todos los informes y raccontos giran sobre esa versión, sin que hasta el momento nadie se haya interesado demasiado en evaluar el proceso judicial y político posterior, del que ciertos sectores sacaron enorme provecho merced a una presión mediática que no cedió hasta que se cumplieron todos los objetivos y tampoco después. De ese modo, la mayoría se contenta con repetir los argumentos más difundidos, y casi nadie parece percatarse de que el crimen jamás se esclareció, ni se investigó a las personas involucradas en su encubrimiento ni en la manipulación de la causa. Queda claro que la mayoría de estos tratamientos ocurren porque sus difusores obran de buena fe, y realmente creen que sucedió lo que contaron los grandes medios. No pasa lo mismo en Catamarca, donde prevalece el hastío por un tema sobre el que se ha mentido tanto que casi nadie quiere seguirlo, y de hecho tuvo nulo impacto -hasta hace pocos años- cuando se lo intentó seguir utilizando políticamente.

Como cada año, se viene la catarata de notas nacionales sobre el Caso Morales.

El Esquiú.com

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