lunes, 1 septiembre, 2025
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No todo es «riesgo kuka»

De esta forma explicó Javier Milei la existencia de “campañas negativas” y todo tipo de maniobras de la oposición en contra de su Gobierno, en el discurso que diera el jueves pasado en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP). Así el oficialismo reduce a una acción del kirchnerismo las denuncias por supuestas coimas en las compras de medicamentos para discapacitados que llegan hasta involucrar a Karina, la hermana del presidente y la persona en la que más se recuesta el primer mandatario para llevar adelante su gestión.

También en el entorno presidencial están convencidos de que el Gobierno sufre y sufrirá todo tipo de embates no sólo por parte del kirchnerismo, sino también por todos aquellos (economistas, empresarios, banqueros) que se resisten a resignar sus privilegios.

El presidente, por su personalidad, tiende a reaccionar ante la adversidad redoblando la apuesta, según suele decir públicamente. Dicho de otra forma, el primer mandatario cree que los problemas que enfrenta su gobierno son externos y no por algunos errores propios.

Piedras

El miércoles pasado, antes de que la caravana proselitista de La Libertad Avanza por Lomas de Zamora tuviera que interrumpirse por recibir pedradas, Milei sostuvo que “todo lo que dice es mentira, lo vamos a llevar a la Justicia y probar que mintió», en referencia a los audios atribuidos al despedido director ejecutivo de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo. Estos audios involucran a Karina Milei y su estrecho colaborador Eduardo “Lule” Menem en la percepción de un 3% de coimas en la compra de medicamentos para el organismo.

Se infiere de la declaración del Presidente que los dichos corresponden a Spagnuolo pero lo que no resulta fácilmente comprensible es por qué se prestaría a esta maniobra alguien que fue un gran amigo del Presidente – desde el cambio de gobierno el exfuncionario registra al menos 38 visitas a Olivos y 48 a la Casa Rosada- y su abogado de confianza -le llevó varias causas-.

Las denuncias de sobreprecios en los medicamentos estallan tras meses en los que vienen circulando trascendidos de “operaciones” que enfrentan a dos de los tres vértices del poder, como alguna vez definió Milei a su conducción, es decir el triángulo formado por él, su hermana y su asesor estrella, Santiago Caputo.

Se le atribuyó a éste la difusión de una contratación de una empresa de seguridad vinculada a la familia Menem por una cifra de $4.000 millones para el Banco Nación. A su vez, dicen que fue una devolución de gentilezas interna la denuncia del ingreso sin controles de 10 valijas a comienzos del mes pasado por Ezeiza que trajo Laura Belén Arrieta, en un vuelo privado propiedad del empresario Leonardo Scatturice, el vínculo entre Milei y la Conferencia Política de Acción Conservadora que es conducido por Caputo.

En tanto, es sabido que al Presidente no le gusta meterse en cuestiones políticas. Más de un ministro puede señalar cómo el primer mandatario rechazó intervenir cuando le pidieron involucrarse en temas que correspondían a otras áreas de gestión y menos hubiera aceptado escuchar denuncias de corrupción contra su hermana.

Contrato

El malestar por estas versiones ha crecido tanto que ya les cuesta a los políticos de La Libertad Avanza y afines transitar las calles. Los analistas interpretan que las denuncias tienden a romper una cláusula fundamental por la cual buena parte de la ciudadanía aceptó votar a “un loco como Milei”: su promesa de terminar con la corrupción que practicaban los “políticos normales”.

Las encuestas mostraron un golpe en la imagen de la gestión oficial con el llamado caso $LIBRA, pero se trató de un movimiento con una criptomoneda poco comprensible para la mayor parte de la población. El caso del supuesto cobro de coimas en las compras de medicamentos para discapacitados perfila como provocar un mayor daño en la reputación del gobierno en un país acostumbrado a este tipo de prácticas deshonestas y particularmente en aquellos que votaron a Milei para combatir la corrupción.

El Gobierno también recibió el mandato de bajar la inflación, objetivo que está logrando – la inflación de agosto rondaría entre 2 y 2,5% – pero que no termina de traducirse en una mejora sensible en la situación económica de la mayoría de la población. Tal vez en este contexto se explique la amplia repercusión de la denuncia. La gente tiende a ser más sensible a los actos de corrupción cuando empeora la situación económica.

En los últimos meses se detuvo la recomposición de los salarios y tiende a frenarse la recuperación de la actividad. La mayoría de los grandes gremios tuvo como resultado una pérdida del poder adquisitivo de los salarios durante el primer semestre del año, según una medición de Synopsis con caídas de 3,6% para los empleados de comercio, 4,1% para los metalúrgicos, 4,2% para la construcción y 6% para empleados públicos. En julio las subas promedio de estos sindicatos fue de 1,6% por debajo de la inflación (1,9%).

Los dos últimos datos del estimador de actividad económica, correspondiente a mayo y junio pasados, registraron caídas mensuales (algo que no sucedía desde marzo y abril del 2024, el peor momento de la recesión), y se ubica un 0,6% por debajo del nivel de diciembre último. Para colmo, según Ecolatina, dichas caídas fueron previas al inicio del ruido político y monetario.

Así, la población tiene menos razones para ser tolerante con el Gobierno en momentos en que se suman problemas que la ciudadanía percibe como errores gestión, por caso la falta de controles en el caso del fentanilo que causó un centenar de muertes o la fuerte suba de la tasa de interés que apunta a ahogar la actividad económica.

Reconfiguración

Difícilmente Milei ignore las señales que envían un riesgo país en alza -volvió a superar los 800 puntos- o tasas de interés que duplican o triplican la inflación esperada. En este contexto, se comenta -tal vez como una expresión de deseo- que Guillermo Francos pase a ocupar un rol más preponderante en la gestión de Gobierno.

En este sentido, se considera al jefe de ministros como el hombre con mayor habilidad política dentro del gabinete, además de ser una figura que genera confianza entre los empresarios del llamado círculo rojo.

Si bien el Presidente nunca tuvo particular simpatía por «Lule» Menem, en su entorno señalan que lo aceptó “porque así se lo pidió Karina”. Por más que en la historia el apellido Menem esté asociado (entre otras cuestiones) con la corrupción, la decisión del Gobierno parece ser, al menos por el momento, de no despedir a nadie.

Por lo pronto, los próximos días se presentarán nuevamente desafiantes para el gobierno si, como se comenta, en esta semana continuará la seguidilla de audios y tal vez videos incriminatorios.

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