El kirchnerismo admitió el rechazo que provoca en la sociedad en el cierre de las listas de candidatos a diputados nacionales bonaerenses de “Fuerza Patria”. No las encabezará el diputado nacional Máximo Kirchner, primogénito y frustrado delfín de la ex presidenta Cristina, tampoco el ex candidato a presidente Sergio Tomás Massa. El puesto más visible de la nómina fue delegado en el ex canciller y ex ministro de Defensa Jorge Taiana y “La Cámpora” se ocupó de atribuírselo exclusivamente al gobernador Axel Kicillof para piratearle casilleros menos expuestos.
La conducción del PJ nacional, que impuso el uso del nombre de “Fuerza Patria” a varias provincias del interior, entre ellas Catamarca, le saca el cuerpo a la pelea en su propio distrito. ¿Por qué será?
El desdoblamiento de las elecciones provinciales de Buenos Aires, que se celebrarán el 7 de septiembre, deja a los candidatos nacionales sin la tracción del aparato de los intendentes del conurbano en las de octubre. El “ultracristinismo” presionó hasta último momento sobre Kicillof para que desistiera del desacople precisamente por eso: temía tener que competir en octubre despojado del esquema de los jefes territoriales que, con olfato de lebrel, advierten que “La Cámpora” es un salvavidas de plomo y maniobran para salvarse del naufragio.
La renuncia de Máximo a liderar la oferta ratifica esta conjetura. Los autoproclamados líderes del peronismo nacional exponen todo menos su propio cuero. Tan es así que le endilgan el prestigioso Taiana a Kicillof para cargarle luego el peso de una eventual derrota que para ellos es segura.
El kirchnerismo, que conduce el PJ nacional, desistió de encabezar las listas nacionales en Buenos Aires, su propia provincia. El kirchnerismo, que conduce el PJ nacional, desistió de encabezar las listas nacionales en Buenos Aires, su propia provincia.
Falta que “La Cámpora” honre a Máximo por su “renunciamiento histórico” para perfeccionar la farsa. El sinuoso Massa, que sostiene sus aspiraciones, también desistió para no arriesgarse a ser señalado como el mariscal de la derrota.
Juan Grabois, su enconado enemigo interno, se quedó con el tercer casillero. Entra seguro, salga como salga el litigio. A Kicillof le entregaron dos lugares expectantes, para los sindicalistas Hugo Moyano hijo y Hugo Yasky, de la CTA. El diseño expone el pronunciado retroceso de los estrategas desde la proyección nacional a la interna con Kicillof.
A Cristina la moviliza más empoderar alfiles para destruir al hijo putativo insubordinado que ganar Buenos Aires. A pesar de las encendidas filípicas dirigidas a Massa por divergencias ideológicas, Grabois aceptó integrar la lista debajo de Jimena López, una de las candidatas del ex ministro de Economía.
La lapicera de CFK, presa en San José 1111, fue implacable también contra los intendentes. No les concedió nada a los que pujaron por un casillero. La Matanza, por ejemplo, no tendrá candidato propio. Es la primera vez desde 1983 que el mayor municipio del país queda afuera. Tampoco ligó el Movimiento Evita de Emilio Pérsico.
El peronismo bonaerense tiene expectativas de salir airoso de las provinciales del 7 de septiembre, pero la dimisión cristinista para las nacionales presagia el relato: una derrota a manos de la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, que llevan a la cabeza al diputado nacional José Luis Espert, será cargada sobre el lomo de Kicillof por el desdoblamiento. Que escarmiente por no someterse al proyecto dinástico. Espert dice que pretende gobernar Buenos Aires en 2027.