sábado, 16 agosto, 2025
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Entrevista a Ricardo Ricky Martínez (Parte I)

sábado, 16 de agosto de 2025 00:52

En esta entrevista de Glorias del Fútbol Catamarqueño y Nacional (GFCyN) recibimos a Ricardo “Ricky” Martínez, uno de los grandes referentes del fútbol chacarero y catamarqueño.

Ricky comenzó a jugar a los 7 años en Obreros de San Isidro y, con apenas 14, debutó en Primera División con San Martín del Bañado en 1971. Durante casi dos décadas fue marcador central, reconocido por su firmeza, personalidad y capacidad de liderazgo dentro de la cancha, a pesar de no contar con la talla que suele exigirse en ese puesto.

Con San Martín logró títulos locales, integró seleccionados destacados de la provincia y disputó recordados encuentros frente a equipos de jerarquía nacional como Colón de Santa Fe. Tras retirarse en 1989, se dedicó a la formación de juveniles, fue director técnico y profesor de Educación Física, impulsando el desarrollo de inferiores en su club y en la Liga Chacarera.

GFCyN: vamos a repasar con él sus inicios, cómo comenzó, los años que jugó y su trayectoria como director técnico. En una noche muy linda con una persona que sí tendrá recorrido en el fútbol catamarqueño. Ricky, antes que nada, ¿cómo anda, tanto tiempo?
Ricardo Martínez: muy buenas noches a ustedes, muy buenas noches a los oyentes del programa. Creo que mucha gente, la que está viéndolo también, y bueno, lunes a lunes nos va llenando a nosotros. Yo, muchas veces, hay cosas que las conozco ahora, ya como somos grandes estoy conociendo cosas que anteriormente no las conocía. Y como una bien cortita la digo: yo lo conocí a Barros, ese que jugaba de cinco, “Justo Alo Barros”. Pero yo al que lo admiraba y al que lo venía a ver de las chacras era al 2, al “Zaeta” Barros. Y a mí me gustaba porque era bajito, iba bien arriba y no perdía nunca. Y era el jugador que yo admiraba. Pero yo no sabía, después me enteré que era el hermano. Y me enteré acá, en una juntada con las glorias del fútbol. 

GFCyN: once hermanos, la familia Barros, pleno corazón de La Tablada. ¿Junín y Santa Fe?

R.M.: exactamente. Y esto es lo que yo le conté a Alo, le dije: “Mirá, yo me venía de las chacras a ver a Zaeta”. Y a mí me gustaba, y no era un porqué… yo venía, me sentaba, jugaba y me ponía a mirarlo. Y me gustaba. Uno siempre tiene su ídolo.

GFCyN: ¿sacaste algo de él, Ricky? ¿Te habías incorporado algo?

R.M.: no sé, a mí más me gustaba porque él no perdía por arriba, que siendo bajo, iba bien arriba. Y es lo que yo por ahí digo, no es tan solo tener la altura. Cuando nosotros los técnicos estudiamos nos dicen que hay una biotipología que tienen que tener los marcadores centrales, el arquero, el 5, el 9. Y nosotros decíamos: “bueno, hay excepciones, para mí siempre hay excepciones”. Si vemos los marcadores centrales del año 78, ninguno… Pasarella debe tener tres centímetros más que yo.
GFCyN: un metro 73 tiene Daniel Alberto.

R.M.: gracias. Ahí está, un metro 70. Y yo, Luis Galván, son más altos que Luis Galván, y no perdía nunca. ¿Y con quién han jugado ellos? Con los holandeses, los franceses. Los holandeses que sí iban bien arriba. Y bueno, todas esas cosas es lindo verlas. Muchas veces te cambia lo que es la toma de las imágenes en la televisión, que uno cree que son más altos. Pero cuando sacamos la foto, yo me saqué la foto con ellos y digo: si son a la misma altura. Y bueno, la biotipología a mí no me daba para marcador central. Y yo todavía jugué de marcador central.

GFCyN: y haberlo visto jugar a Ricardo, con su templanza, su personalidad, mente ganadora, tanto arriba como abajo, en las dos áreas, y una persona que imponía respeto. Yo creo que están las cualidades y las virtudes suficientes para un marcador central, a excepción de la talla, por supuesto. Pero yo creo que eso se lo suplanta con una buena preparación física.

R.M.: sí, sí, eso es lo que yo siempre decía. Bueno, yo tengo todo eso, uno se conoce a uno mismo, sabe los defectos que tiene, los errores o virtudes que puede tener. Entonces, ¿cuál es el problema que yo tenía siempre? No era el problema de entrar, claro, para salir hacia la izquierda, yo era derecho, no manejaba el perfil. Pero, ¿cómo manejaba yo? Con el sol, porque los horarios que había, yo miraba de reojo y sabía: si no veía la sombra del contrario, yo salía lo más bien para la derecha. Pero una vez me cerró el paso, soné yo, y ya me empecé a preocupar. Y me he puesto al frente de mi casa, solito, con una pelotita de goma. Salía para la izquierda y le pegaba con la izquierda. Y no la daba nunca bien, pero hasta que pude, medianamente. Yo digo, no podemos ser ambidiestros, es muy difícil, pero podía por lo menos salir para el otro lado. Entonces, para los dos lados. Y más que nada, cómo me hacían jugar. En San Martín jugaba de marcador central, el 2, hacia la derecha, y en los seleccionados jugaba de 6, que ahí tenía que utilizar la izquierda. Entonces, me ponía y jugaba para ver, y lo traté de mejorar. Y lo de ir arriba, yo sabía que a veces saltando antes se podía llegar.

GFCyN: ¿Ricky, las inferiores las hizo en San Martín de El Bañado?

R.M.: una parte. Yo empecé a jugar a los 7 años en Obreros de San Isidro. Toda mi familia es de Obreros de San Isidro y todos somos de Obreros, somos del barrio. Todos íbamos al mismo club. Empecé a jugar hasta los 10, 11 años. Después ya me hablaron de San Martín, que venía más fuerte. Tuve algunos problemas con el dirigente de Obreros y mi papá, que era hincha de Obreros, cuando lo vinieron a hablar de San Martín —que era la contra—, les dijo directamente: “Yo le firmo para que juegue donde él quiera jugar”. Y me firmó, porque en ese tiempo los padres eran los que autorizaban. Me costó mucho, porque había varios que decían: “Te vas a volver, te vas a volver, si vos eras nuestro”. Y yo les decía: “No, yo voy a jugar”. Así que desde los 12 años estuve en San Martín.

En la próxima entrega continuaremos conociendo más de “Riky Martínez”. 

Agradecemos por la colaboración a Rubén Ceballos y a Yasmín Casas.

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