sábado, 16 de agosto de 2025 13:25
Ante una población que envejece y requiere cada vez más atención personalizada, crece sostenidamente la demanda laboral de asistentes gerontológicos en todo el país. Esta figura profesional, clave en el cuidado de personas mayores, no solo cumple funciones de asistencia, sino que promueve la autonomía, el respeto de derechos y una mejor calidad de vida en los contextos más vulnerables.
En este marco, distintas instituciones públicas y privadas ofrecen capacitaciones gratuitas o de bajo costo. El Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios, dependiente del Ministerio de Capital Humano, brinda cursos gratuitos para mayores de 18 años con primaria completa. En la Ciudad de Buenos Aires, la Ley 6571 garantiza un curso semestral con contenidos sobre envejecimiento, primeros auxilios, síndromes geriátricos y prácticas comunitarias.
Además, la Unión Argentina de Prestadores de Servicios Gerontológicos ofrece formación virtual con certificación oficial, accesible desde cualquier punto del país.
Natalia Godoy, vicepresidenta de la Unión, destacó: “Capacitar en movilización segura, señales de alerta, comunicación empática y respeto por la autonomía garantiza dignidad y un mejor envejecer. Las políticas públicas y los medios debemos visibilizar estas formaciones como eje de una sociedad solidaria y responsable”.
Desde la organización remarcan que la demanda de personal certificado crece constantemente, especialmente en instituciones geriátricas. Contar con asistentes formados mejora la atención, facilita la comunicación con profesionales médicos y ofrece contención a las familias.
El rol del asistente es clave también en el ámbito domiciliario. Bea Álvarez, gerontóloga y capacitadora de la Subsecretaría de Personas Mayores de CABA, explicó:“El asistente acompaña en actividades cotidianas como higiene, salidas, compras o visitas médicas. Es quien cubre los grados de vulnerabilidad de la persona mayor en su día a día.”
El desafío está en adaptar el cuidado a cada entorno, ya sea el hogar o una residencia, siempre respetando las preferencias del paciente. En ese sentido, Álvarez señaló que la empatía, la comunicación afectiva y la paciencia son cualidades irremplazables: “Si no hay amor y empatía, es imposible realizar nuestro trabajo”.
Este crecimiento de la asistencia gerontológica no solo mejora el bienestar de los adultos mayores, sino que también impulsa empleos formales y fortalece la economía del cuidado, un sector cada vez más estratégico en el país.
Fuente: Noticias Argentinas