domingo, 20 de julio de 2025 00:15
Todas las expectativas y miradas estaban posadas en él. Y fiel a su estilo, no defraudó. Abel Pintos puso brillo en la noche de apertura de la 54.a Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, el viernes a la noche, donde ofreció un recorrido por aquellos grandes éxitos y también tuvo lugar para esas canciones recientes, conectando, tal como es su costumbre, con el público de manera emotiva.
El notable cantautor fue el encargado de poner el broche final en la noche inaugural, aportando un show brillante, con aquellas melodías que se han transformado en un himno para el cancionero folclórico argentino y esas con tono bien romántico, a la que el público catamarqueño acompañó cantando y bailando en un colmado Predio Ferial Catamarca.
El artista nacido en Bahía Blanca regresó a la principal fiesta cultural de Catamarca y abrió su repertorio con “Sueño Dorado”, “Creo en ti” y “La llave”, para avanzar con clásicos de su repertorio y luego interpretar aquellas canciones donde deja atrás sus raíces folclóricas para consolidar su faceta pop. Su actuación fue aclamada por la gente, demostrando que aún mantiene su capacidad para cautivar y conectar con la audiencia. Escucharlo es permitirse que el alma se estremezca, que las emociones fluyan con cada melodía y que su típico timbre de voz se adueñe de cada alma. Un espectáculo de jerarquía, que tuvo como resultado una noche inolvidable para los catamarqueños.
A lo largo de la primera luna, las propuestas artísticas catamarqueñas mostraron su brillo y esplendor en el escenario mayor. Las Milonguitas ratificaron su crecimiento artístico, transformándose desde hace algunos años en la primera orquesta de mujeres de tango de esta provincia, ejecutando una sobresaliente puesta en escena en la que dejaron en evidencia su pasión por la música ciudadana y algo más.
Dentro de este contexto, el ascendente joven intérprete Nicolás Reyna dejó plasmado su sello musical, adueñándose de los aplausos y la ovación del público catamarqueño, que no dudó un instante en distinguir a este joven cantor por el momento artístico en el que se encuentra.
La Compañía de Danzas Meraki, dirigida por la profesora Magalí Tolaba Beltrán, presentó este año un cuadro titulado “Volver en Danzas”, una propuesta artística que reunió la música folclórica, la danza y la herencia cultural, como también la simpleza de lo genuino, la belleza que admite el cuerpo y el movimiento cuando conecta con todo lo que somos: territorio, heridas, resistencia, vida, folclore, y pueblo.
Las propuestas jóvenes estuvieron a cargo de los mágicos sonidos que emergen del violín ejecutado por el artista santamariano Germán Cano, que año tras año renueva su cariño y deja sus canciones a modo de sello personal en la mayor fiesta folclórica de los catamarqueños. A su turno, la joven Deby Gianoglio entregó un repertorio autóctono y sólido, que le permitió adueñarse de los aplausos del público.
Antonio Serrano regresó al Escenario Mayor del Poncho, esta vez con su propuesta en conjunto junto a Marcos Saavedra y Franco Zárate.
En el final de la noche, el conjunto Carafea entregó un sólido concierto, demostrando por qué se ha convertido en una de las bandas folclóricas locales que mayor trascendencia tiene fronteras afuera. En la voz de Rafael Salas y el acompañamiento de un conjunto de experimentados y talentosos músicos, Carafea exploró y aportó al clima festivalero con su cancionero típico, en el que no faltaron aquellas composiciones que ya se han transformado en un clásico para el siempre exigente público catamarqueño.