jueves, 17 julio, 2025
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La vigencia de un clásico de Lorca en el Centro Cultural de la Cooperación

“Como Montescos y Capuletos, los protagonistas están atrapados por sus apellidos y la única manera de salir es como en Romeo y Julieta, a través de la muerte”, dice Luis Rivera López, quien adaptó y dirige su versión de “Bodas de Sangre” de Federico García Lorca titulada “La culpa es de la tierra”, protagonizada por Mónica Felippa del Grupo Libertablas. Se presenta los sábados a las 20 en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Conversamos con Rivera López.

Periodista: ¿En qué reside la vigencia de este clásico de Lorca? ¿Es de los mejores?

Luis Rivera López: Es la problemática humana básica, la posibilidad que tiene el ser humano para triunfar frente a sus instintos, al amor, odio, deseos de venganza, la pasión que no se puede controlar a través de la voluntad y va más allá. Se trata de un choque de voluntades, de imposibilidades y eso termina en fatalidad. Es importante la valorización de esa pasión, el reconocimiento de que una pasión de ese tipo va más allá de las convenciones sociales, de lo que nuestros antepasados nos enseñaron que está bien y que está mal, es algo que no se puede frenar, necesita ser reconocido y al no serlo se transforma de energía pasional y en energía de muerte. La muerte vigila todos los movimientos en esta obra, la personificación de la muerte y de la luna es de los puntos más altos de este texto. Para mí es uno de los más bellos de Lorca aunque es un autor prolífico pese a su corta vida, pues fue fusilado en plena Guerra Civil de forma cobarde e injusta. Tiene una serie de obras que escarban en el alma femenina y de todas las personas. Aborda además la necesidad de tener hijos, procrear, trascender y amarse.

P.: ¿Qué otros temas aborda la obra a tu juicio?

L.R.L.: Temas que nos tocan todos los días aunque hayan sido escritos hace mucho tiempo, los amantes que no pueden juntarse porque las convenciones dicen que la pareja debe formarse de otra manera, la muerte que acecha, esa cosa tremenda que nos sucede a los padres, perder antinaturalmente a sus hijos. El tema central de esta obra surrealista es la poesía con la que se puede metaforizar, nos permite sobrevivir y encontrar belleza en estas cuestiones tan terribles.

P.: ¿Cómo es el juego de este pasado que acecha y aqueja, esos antepasados que se cuelan y nos definen?

L.R.L.: Los antepasados nos dicen qué tenemos que hacer y qué no, ahí están los prejuicios. Los instintos se ocupan de transgredir esas convenciones que la tradición nos dicta. Nuestra moral y ética. El pasado aparece como el apellido, se habla mucho de las familias, de nombres, de como quedan encasillados en ese destino que trae marcado el pasado.

P.: ¿Cómo es tu versión con esta titiritera haciendo todos los roles y qué otras adaptaciones sumaste a tu puesta?

L.R.L.: Soy amante de la lectura y de los clásicos, me ocupé de ser respetuoso del original que no implica respetar formas pero sí contenidos. Intenté contar claramente esta historia a partir de esta gran actriz y titiritera pero sin acento en el juego de malabarismo sino contando todos estos personajes centrado en la cuestión del clima de la propia historia. Enfoqué en la metaforización, que es lo que hace Lorca. La puesta intenta tomar vuelo poético, hallar belleza en lo natural y no hay nada más natural que la muerte.

P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura hoy?

L.R.L.: Buenos Aires es una meca del teatro universal que no es casual, es producto de una tradición del teatro argentino y especialmente de Buenos Aires, con un teatro independiente muy fuerte y también el teatro comercial. Hace 20 pico de años esto derivó en la ley de teatro, luchada por la comunidad teatral que creó el Instituto Nacional de Teatro que hizo bien su trabajo multiplicando la actividad en todo el país y llevándola a los rincones más ignotos. Gracias a sus ayudas y a que mejoró su accionar se transformó en una institución bastante efectiva en el fomento de la actividad. El teatro no es un lujo para quienes pueden pagar o una actividad más, es básica del ser humano, para que pueda verse reflejado. Es un lujo que puede darse el ser humano y hay que defenderlo y hacer crecer en la sociedad, la parte buena y feliz. Actualmente la ley está siendo desnaturalizada, es un momento difícil porque el teatro y la cultura son atacados desde estamentos oficiales pero como siempre va a resistir como en la dictadura militar con teatro abierto. Tenemos que hacernos fuertes y hacernos escuchar.

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