A un año del asesinato de Rubén Maturano Olmos, la Asociación de la Diversidad de Catamarca (ASDA) emitió un comunicado en el que reafirma su postura: fue un crimen de odio motivado por la orientación sexual de la víctima. El principal imputado, Matías Heredia, aún espera juicio, y desde la organización reclaman que la causa sea elevada prontamente y se incorpore la figura de crimen de odio en la carátula.
“Seguimos sosteniendo que Heredia actuó con odio a su orientación sexual. Es un crimen de odio”, expresaron desde la Asociación. Además, cuestionaron con dureza el accionar de la defensa del imputado, al señalar que su estrategia fue sostener un relato estigmatizante para desviar el foco de la violencia estructural que padecen las personas del colectivo LGBTIQ+.
“No olvidamos las declaraciones del abogado defensor que, como en los 12 crímenes que tenemos en nuestra provincia, no hizo otra cosa que tratar de instalar que la vida de Rubén estaba marcada por la perversión, la sospecha, la pedofilia y los intereses oscuros. Esos fueron y son discursos de odio, es violencia y discriminación”, denunciaron.
Desde ASDA recordaron que la clandestinidad, la falta de organismos de protección y la ausencia de políticas públicas siguen dejando a las personas de la diversidad sexual en situaciones de vulnerabilidad extrema.
“El silencio institucional, judicial y político es también una forma de violencia. La marginalidad no es una elección, es una consecuencia”, señalaron.
La organización agradeció especialmente a los abogados querellantes Gonzalo Figueroa Sticca y Gabi Romero, y expresó su acompañamiento a la «familia, amiges y compañeres de Rubén».
Con el lema #RubénPresente, la comunidad catamarqueña de la diversidad vuelve a alzar la voz por justicia, reparación y memoria, reclamando un compromiso real del sistema judicial para nombrar y reconocer lo que ocurrió: un crimen de odio.
El caso
El 3 de julio de 2024, en las primeras horas, una trabajadora de limpieza del Motel Oasis, ubicado en la Ruta Provincial Nº 1 (Valle Viejo, Catamarca), encontró el cuerpo de Rubén Ariel Maturano Olmos, de 40 años, maniatado de pies y manos, con signos de violencia y golpes en el rostro, y sin sus pertenencias (celular y billetera).
La autopsia certificó que Rubén murió por asfixia por sofocación, producto de una agresión violenta.
La policía detuvo a Matías Heredia, de 20 años, residente en Polcos (Valle Viejo), pocas horas después tras que él encendiera el celular de la víctima, lo que permitió rastrear su ubicación. Fue imputado por “homicidio doblemente agravado por alevosía y criminis causa en concurso real con robo”.