El emblemático Dúo Coplanacu, conformado por Roberto Cantos y Julio Paz, abrirá el sábado 19 de julio la primera jornada del escenario de El Patio, en la 54° edición de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, con su clásico repertorio para proponer una fiesta cargada de zambas, gatos y chacareras, aquellas que nadie deja pasar la oportunidad de bailar.
“Para nosotros es una fiesta cada vez que vamos a Catamarca, muy ansiosos por volver a la tierra de nuestra amada Virgen del Valle”, sostiene “Julito” Paz al tiempo que asegura: “El Poncho representa un sentido de pertenencia muy grande para nosotros. Uno de nuestros primeros escenarios fue ir a Catamarca a cantar a ese festival y a lo largo de nuestros cuarenta años, un setenta por ciento de las ediciones de esta fiesta nos tuvo como protagonistas”.
El Dúo Coplanacu, síntesis de un folclore tradicional y de calidad que lleva cuatro décadas de consecuente camino, se encuentra girando por casi todas las fiestas populares del país y arribarán a Catamarca con su clásica propuesta festivalera, esa que surgió un 5 de mayo de 1985 en la ciudad de Córdoba cuando Julio Paz y Roberto Cantos subieron por primera vez juntos a un escenario, aunque entonces el nombre no era otro que sus dos nombres juntos.
La historia cuenta que Julio era un joven de melena lacia que se le derramaba sobre los hombros y barba espesa, al igual que ahora, sólo que tantas lunas han dejado su huella blanca. Venía de Santiago, pensando en buscar una ocupación al cabo de un tiempo de hacer tareas rurales, aunque nada le salía mejor que cantar. Roberto también tenía barba, pelo largo aunque no tanto, y había llegado de Santiago del Estero con el bolso cargado de los sonidos de su paisaje y de su gente, del seno de una familia empapada de música (Jacinto Piedra era su cuñado). Su plan original era recibirse de médico y en eso estaba, estudiando a conciencia y con buenas notas, tanto, que al final de ese año fundacional también recibiría su título. Pero apenas si alcanzó a atender a un puñado de enfermos cuando se fue con su destino de cantor.
“Ya hemos abrazado cuarenta años de música y hay varias generaciones que nos han escuchado y con los cuales hemos compartido bellos momentos. Todos forman parte de nuestra historia y estamos muy felices de haber llegado a estas cuatro décadas cantando. Imagínate que cuando comenzábamos a transitar este camino ni suponíamos vivir este sueño. Hubo algunos altibajos y dificultades pero, en definitiva, siempre hemos sido muy felices”, rememora emocionado y a modo de balance Julio Paz.
Dueños de su propia impronta, los Copla nunca se mantienen alejados de Catamarca y menos de la fiesta mayor de esta tierra. “El festival del Poncho es uno de los pocos encuentros genuinos que van quedando, es el festejo de la identidad de Catamarca. El poncho como prenda es la identidad también del norte y cuando viajamos al interior podemos observar a las tejedoras y representa una experiencia muy significativa y acogedora”, comenta al tiempo que asegura: “Es un festival con una identidad muy importante en Latinoamérica”.
Ellos nacieron al amparo de grandes músicos y poetas como el Cuchí Leguizamón, Jaime Dávalos, el Dúo Salteño, Armando Tejada Gómez, Ariel Petrocelli, artistas populares de esa dimensión que supieron marcar una época. Este dúo también lo consiguió. Cantaron en casi todos los rincones argentinos y aún mucho más allá de las fronteras, manteniéndose en la actualidad aferrados a una manera de sentir el folclore pura y sencilla, pero a la vez con una sensibilidad enriquecida y casi alada. Coplanacu representa una de esas pequeñas hazañas de la música popular argentina.
Su mística peñera parece difícil de igualar. Tampoco pueden dar una explicación concreta de cómo sucede, pero en los últimos años se alimenta una relación muy intensa con los jóvenes, que ensancha el abanico generacional. “Hoy nos pone contentos ver cómo los jóvenes cantan nuestras canciones. Eso nos llena de orgullo y felicidad. Cada vez que vamos a alguna fiesta la changada está firme ahí. Los chicos son los que más nos escuchan a nosotros”.
El sábado 19 de julio los tiene como protagonistas excluyentes, con sus clásicas canciones y un repertorio que parece nunca acabar. “Vamos a proponer un encuentro de amigos. Vamos a ofrecer abrazos, canciones, idas y vueltas. Coplanacu significa la copla que va y viene… cantar mucho de lo nuestro y mantener ese abrazo con la gente”, explica Paz de lo que promete ser una fiesta total en el Poncho de Catamarca.