En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se conmemora cada 26 de junio, la Conferencia Episcopal Argentina expresó su preocupación por el crecimiento del narcotráfico en los barrios más vulnerables del país. En Catamarca, la situación también genera alarma, especialmente por el aumento del consumo entre jóvenes y niños en situación de vulnerabilidad.
El diácono Diego Colossimo, del Centro de Rehabilitación Comunidad Cenáculo, advirtió en declaraciones a un medio local que “en la provincia hay operativos exitosos, pero los jóvenes persiguen la idea de encontrar en la droga una anestesia para la angustia y la falta de sentido”. Según explicó, el desafío está en trabajar más en la prevención, evitar que los jóvenes ingresen al consumo y acompañar a quienes ya están en esa situación.
Colossimo remarcó que, si bien desde el Gobierno provincial hay acciones en prevención y asistencia, preocupa el aumento del consumo y, en consecuencia, del narcotráfico. En ese contexto, explicó que el pedido de ayuda crece, principalmente por parte de mujeres, madres, tías y abuelas, que se ven desbordadas ante situaciones de consumo en su entorno.
“Lo que hacemos es convocar a las personas que están consumiendo y derivarlas a los lugares donde pueden ser asistidas. No alcanzan los dos centros, pero empezaron a surgir instituciones privadas que quieren aportar y hacer algo por los chicos”, explicó.
Otra problemática que se repite año tras año es el descenso en la edad de inicio del consumo, con casos de niños que comienzan a consumir desde los 7 años. “Generalmente se trata de chicos en situación de vulnerabilidad. Más adelante, empiezan con el alcohol y escalan a drogas más duras”, señaló.
Colossimo también vinculó el consumo con el contexto social: “Cuando la situación económica se complica, algunos jóvenes encuentran en el narcotráfico una forma de ingreso”. A esto se suma la naturalización del problema en los barrios, donde “se conocen los lugares de venta y consumo de drogas, pero no se denuncian”.
Por último, lamentó que la demanda de atención supera la capacidad instalada, aunque destacó que los centros de salud y postas sanitarias cuentan con equipos de salud mental abocados a estas problemáticas. “Hay servicios disponibles, pero no siempre alcanzan para todos los que lo necesitan”, concluyó.