martes, 17 junio, 2025
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Tamae Garateguy: La risa es un arma muy poderosa

Hay frases fundacionales en el cine argentino. No pueden faltar la de Héctor Alterio enalteciendo estar vivo en “Caballos salvajes”, aquella de China Zorrilla con la vecina copiona de ravioles y puchero en “Esperando la carroza” o el análisis inobjetable de Ricardo Darín sobre la falta financistas en “Nueve reinas”. Los cultores del cine independiente tenemos la nuestra, es “¡El sueño de mi vida! ¡5000 euros!”. La decía uno de los personajes de “UPA! (Una película Argentina)” allá por 2007 y las cosas no han cambiado para mejor. La saga que supo reflejar todas las locuras del cine independiente argentino ya va por su cuarta entrega, “UPA! Una primavera en Atenas”. Sus autores, directores e intérpretes son Tamae Garateguy, Santiago Giralt y Camila Toker, juntos conforman ese monstruo indie de tres cabezas hecho de diálogos zumbones, rodajes descarriados y coproducciones fallidas. En fin, la historia de nuestro cine hecho a pulmón contada con amor, humor, fechas de estreno sujetas a confirmación y cheques rebotados. Más argento no se consigue. Y si de malabares se trata, Tamae Garateguy es la reina del circo.

Emblema del cine de género nacional, supo construir una carrera sólida y diversa cuando ni siquiera fantaseábamos con mujeres metiéndose de lleno en el terror, el policial, la acción, el fantástico o el cine erótico. Como prueba están sus películas “Pompeya”, “Hasta que me desates”, “10 Palomas”, “Auxilio”, “Las Furias” y la que se viene, “Hombre perro”.

Santa Patrona indie, melena rosa, puño de hierro, mirada atenta, guiño certero. Tamae Garateguy, mucho cine como nunca. ¡Acción!

Noticias: En este momento del cine argentino donde el INCAA alardea orgulloso sus cero películas financiadas, ¿el humor puede ser un arma para reflejar el estado de las cosas?

Tamae Garateguy: La risa es un arma muy poderosa, por eso con Santiago Giralt y Camila Toker tenemos esta trieja que ya nos dio cuatro hijas llamada “UPA”. El humor para nosotros es una herramienta capaz de señalar, poner en foco temas, tender puentes y sobre todo generar preguntas. Es el territorio donde pararse e identificarse para ver situaciones que son duras desde un lugar más amable, pero no por eso menos cuestionador. En el caso de esta película no le escapamos al momento que está pasando nuestro cine, la comunidad artística y las mujeres, no solo las directoras, las productoras o las actrices, sino también las escritoras, las periodistas, las cantantes. El humor nos ayuda a afrontar esta experiencia en donde estamos recibiendo tanta violencia y agresión. 

Noticias: En la saga de “UPA!” ustedes son el primer objeto a satirizar desde la exploración de ciertos clichés del cine independiente, que está siendo el más atacado en estos tiempos. ¿Cómo lo viven?

Garateguy: Es así, empezamos por reírnos de nosotros. Pero formamos parte de varios grupos atacados por nuestra condición: mujeres, queer, artistas, miembros de la comunidad cinematográfica que es un blanco permanente. Decidimos hacer esta cuarta entrega de “UPA” como una película de protesta, es nuestra manera de responder que seguimos existiendo, porque a veces sentimos que nuestra simple existencia molesta. Por eso justamente salimos a contar lo que está pasando, cómo lo vivimos y también a ironizar sobre nuestra condición de seres que habitan estos grupos tan denostados… ¡para luego reírnos de tooodo lo demás!

Noticias: Perdón, volvamos al tema de la trieja porque “UPA” está durando más que la mayoría de las parejas. ¿Cuál es el secreto para que perdure el vínculo durante tantos años? No voy a preguntar si están noviando como hacen en los portales…

Garateguy: (Se ríe) Mirá, yo creo que a esta altura “UPA” es un mundo, una experiencia y te agregaría que también es un estado de ser. Es una manera de mirar y de mirarnos risueñamente a nosotros y a la realidad del mundo. A veces somos mordaces, otras cariñosos, nunca cínicos. Siempre estamos siendo y haciendo “UPA”, porque lo que estamos experimentando ahora probablemente sea lo que filmemos en 4 o 5 años.

Noticias: Usted ha sido una de las primeras directoras argentinas que ha hecho carrera en el cine de género, algo que era considerado poco comercial y menos prestigioso. Hoy el género llena salas y gana premios, ¿cambió algo para las mujeres dedicadas al terror y la acción?

Garateguy: Mirá, yo empecé en la era pre “Me Too” y noto una diferencia. Después de eso los feminismos se movilizaron, las chiquilinas tuvieron mucho que ver con el verdadero cambio en la sociedad. Una cosa son los movimientos ideológicos y políticos, pero creo que lo que realmente penetró profundamente en nuestra sociedad fueron las chicas que pusieron el tema sobre la mesa familiar. Eso sucedió de manera transversal en todos los niveles socioeconómicos y en personas de distintos orígenes, coincidiendo en el hecho de que hay cosas que ya no pueden pasar más. En el cine ocurrió lo mismo, se nota muchísimo la diferencia con otros tiempos. Recuerdo que cuando hice “Pompeya” y la presenté en 2011 en el Festival de Toronto, en la fiesta de los directores éramos 50 hombres y 3 mujeres. Eso es algo fuerte hasta desde lo visual  y fue cambiando, aunque no es la panacea. El techo de cristal sigue ahí, hay que seguir defendiendo nuestra participación porque todo es muy reciente. ¿Hace cuánto que pasó esto de un jurado con paridad en el Festival de Cannes y mujeres como Greta Gerwig o Juliette Binoche presidiéndolo? Es poco tiempo, se le pidieron modificaciones al festival recién en 2020. Hay varios temas, entre ellos la diferencia de sueldos de hombres y mujeres dentro de la industria que persisten.

Noticias: Hace un tiempo entrevisté a Julia Ducournau, la primera mujer en ganar la Palma de Oro en solitario con su película “Titane”. Me dijo que mientras rodaba la película sabía que iban a destrozarla porque filmar la violencia es un territorio vedado para las directoras. ¿Es así?

Garateguy: Primero, admiración absoluta por ella y por Coralie Fargeat, directora de “La Sustancia”. Tiene razón Ducournau, la mujer es como el reducto de la seguridad y el apego, es la figura de la madre, el amor, la que estará a pesar de todo. ¿Entonces qué pasa si se corre de ese lugar y empieza a usar los mismos elementos que los varones? Simbólicamente no hay lugar seguro adonde ir, ese es el motivo por el que causa tanta conmoción cuando una directora cuenta esas historias. Intranquiliza mucho, no se nos es permitido todavía. Lo que están haciendo estas directoras es tan importante, tan revolucionario y rebelde porque las mujeres recibimos violencia y pareciera que nuestra función social es devolver otra cosa, lo cual es una capacidad de todos los seres humanos, no solo de las mujeres, pero de nosotras se espera siempre eso. En la industria hay algunos géneros que son privativos hasta el día de hoy, en el cine de acción, por ejemplo, las mujeres casi no existen como autoras, serán el 1 o el 2 por ciento, por eso voy para ahí, me gusta meterme en los lugares más difíciles. 

Noticias: La única directora referente indiscutida dentro del cine de acción sigue siendo Kathryn Bigelow. Dígame, Garateguy, ¿cuál es su “Punto límite”?

Garateguy: ¡Ay, ayyy! (se ríe) Ahora tengo un proyecto que me gusta mucho y ojalá se dé como lo estoy craneando. Mi próxima película se llama “Perro diablo” y se desarrolla en el mundo de las mujeres de la lucha libre. Es sobre cholitas luchadoras y un personaje mitad argentino y mitad japonés que es artista marcial, que se juntan en búsqueda de venganza. Y esto me hace retomar  lo de la rebeldía de la que hablábamos antes. ¿Por qué a riesgo de equivocarme no puedo meterme a representar la violencia? Sino esos relatos quedan exclusivamente del lado de los varones, no me refiero a los hombres en tanto personas, sino a los mandatos que tienen que ver con la masculinidad y su narrativa. Cuando una mujer representa estos temas tan arraigados tradicionalmente con la mirada masculina pasan otras cosas.

Noticias: ¿Cambian las preguntas y las respuestas?

Garateguy: Sí, porque estás parada en otro lado. Cuando hice “Pompeya” me preguntaban dónde estaban mis hijos mientras filmaba y si sabían lo que hago, ¿me  entendés? ¿Vos te imaginás a alguien preguntándole eso a un señor? No tendría que ser así, porque ese lugar de amor y protección también puede darlo un hombre, son roles que se pueden mover. ¡Por todo eso las directoras que hacemos cine de género somos las más rebeldes! (se ríe)

Noticias: Entre las categorías que maneja el cine está la de la chequera o el prestigio, ¿se puede escaparle al esnobismo ?

Garateguy: Yo creo que sí y la manera para hacerlo es mediante el humor. Lo kitsch se ríe de sí mismo, pero una de las características del esnobismo es tomarse muy en serio ciertas estéticas, mirá cómo se enojan con películas como “The Square” que ironizan con la pertenencia y el ascenso social, a mí me encanta la visión ácida de su director Ruben Östlund, ¡me da mucha risa! Cruza fronteras escenificando el cinismo al que puede acceder la clase privilegiada del arte. Reconocer la mueca y reírte de eso con el otro genera una complicidad que rompe con la pose.

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