El presbítero Guillermo Chanquía, párroco de la zona norte de la capital y asesor de Cáritas diocesana, abordó la crítica situación que enfrentan los jóvenes en situación de calle y con problemas de adicción. Destacó la falta de contención y soluciones integrales para esta población vulnerable, un problema que, según sus palabras, “nos desborda” y requiere una respuesta urgente de todos los actores sociales.
El padre Chanquía describió una realidad alarmante: cada vez son más los jóvenes que se ven obligados a revolver contenedores en busca de comida o refugio. “Es una situación nueva, o de hace unos años, la búsqueda de los chicos no solo para ver qué van a reciclar, sino que buscan comida en los basurales”, explicó. Agregó que muchos de estos jóvenes están afectados por el consumo de estupefacientes, lo que agrava aún más su vulnerabilidad.
“Ya no se trata solo de asistencia alimentaria o de un abrigo. Hoy la necesidad se multiplicó por otras cuestiones más graves, como las adicciones, la salud mental y los suicidios”, señaló el sacerdote.
Falta de coordinación
Uno de los puntos más críticos que destacó el padre Chanquía es la falta de coordinación entre las instituciones. “No coordinamos a veces con las instituciones, a veces ya desborda la situación y habría que darle una respuesta”, admitió. Aunque mencionó esfuerzos aislados, como algunos hogares ubicados en la zona sur o El Cenáculo en El Rodeo, que albergan a chicos en situación de calle y adicciones, reconoció que estos espacios son limitados y no cubren la demanda creciente.
“Lo ideal sería que haya más presencia, albergues y contención en esos casos”, afirmó. También señaló la ausencia de un debate serio sobre el tema. “Es como que a nivel general la piloteamos, pero no la enfrentamos. No es una especie de debate de la agenda del día», dijo.
Llamado a la acción
En este sentido, el sacerdote hizo un llamado a todos los actores sociales a trabajar de manera conjunta. “Es un llamado de atención para todos los que tenemos compromiso, ya sea en la Municipalidad, el Gobierno, la Iglesia, en las instituciones, en la parte educativa”, dijo.
Además, reflexionó sobre la necesidad de modernizar las formas de colaboración, ya que las donaciones tradicionales, como la limosna, han disminuido debido al auge de las billeteras virtuales. “Va a haber que actualizar un poco el modo de colaborar con todo lo que es Cáritas, las parroquias, con lo que son la catequesis, con lo que son nuestros centros de atención a los jóvenes”, planteó.
Por último, el padre Chanquía subrayó que el problema ya no puede ser abordado con soluciones temporales o esfuerzos aislados. “Hay cosas que son muy graves en las que ya no nos podemos quedar con esto de ‘la piloteamos’”, concluyó.
Colecta Anual de Cáritas
El presbítero Guillermo Chanquía también destacó el éxito de la reciente Colecta Anual de Cáritas, realizada bajo el lema «Sigamos organizando la esperanza», que movilizó a parroquias, colegios y voluntarios en todo el país. Aunque los resultados concretos aún no se conocieron, el sacerdote resaltó la generosidad de la comunidad. «El catamarqueño, el argentino, es solidario. La gente no solo colabora con dinero, sino también con ropa, alimentos, abrigos y calzado», dijo.
Pese a las dificultades, resaltó que la solidaridad existe y que esta campaña «es un pilar fundamental para sostener la ayuda inmediata que Cáritas brinda a familias en situación de vulnerabilidad».