Maura Delpero, la directora de Vermiglio, basó mucho de la trama de su segundo largometraje en las vivencias de su familia en el Norte de Italia. Delpero divide sus días entre su tierra natal y nuestro país. De hecho, su película anterior, la muy elogiada Hogar o Maternal -ganadora de tres premios en Locarno- transcurre en un refugio para mujeres regenteado por unas monjas en Buenos Aires.
Es curioso cómo el mundo puede estar desmoronándose a no mucha distancia, y la vida en Vermiglio seguir desarrollándose como si nada. Pero -y singularmente sin un pero nunca hay una buena película- la familia protagonista de la película que lleva por título el nombre del pueblito al Norte de Italia verá cómo se transforma la calma imperante en casi un torbellino.
Finales de la Segunda Guerra
Son los finales de la Segunda Guerra Mundial, y nada disturba la vida convencional del pueblito enclavado en las montañas. Hasta el arribo de Pietro (Giuseppe de Domenico), un hombre tímido y de pocas palabras, un veterano siciliano que acompaña a un primo de la protagonista herido en el frente de batalla, y que se siente atraído por Lucía (Martina Scrinzi), una de las hijas del patriarca César (Tommaso Ragno).
Y su llegada hará que los cambios irrumpan cuando menos lo esperaban.
Los Graziadei son una familia numerosa (Adele, que es más joven que César, ya ha dado a luz a diez hijos), que es bien vista más que nada porque César es el maestro de la escuela del pueblo. Las privaciones llegan igual, y cuando Lucía quede embarazada…
Cuando termina la guerra, Pietro desea regresar a Sicilia a ver cómo está su madre, lo que hace con el visto bueno de Lucía, pero las semanas pasan y no se sabe nada de él, lo que lleva a Lucía sufrir en su salud mental.
Secretos guardados
¿Pueden guardarse los secretos en una comunidad tan pequeña, íntima? ¿Acaso es incorrecto que alguien plantee dejar la vida rural para instalarse en la ciudad? Cuando alguien vea como la mejor salida, camino o futuro convertirse en monja para no permanecer en la casa, parece que la respuesta es afirmativa.
Hay un par de cosas que resultan indudables. Delpero tiene un gran manejo, una buena mano y pulso con los actores jóvenes, y con los no actores, algo que había demostrado en Hogar.
Y no se deja subyugar, por ejemplo, con las vistas panorámicas sobre las que más de una vez se recortan los personajes. Delpero, que parece allí querer minimizarlos ante la majestuosidad del paisaje, demuestra que sus encuadres no son meramente rasgos de un pintoresquismo turístico.
Con todo, la multiplicidad de subtramas evidentemente no terminan de ser desarrolladas en las dos horas que dura la proyección de Vermiglio, que bien pudo ser una miniserie en la que la realizadora hubiera podido explayarse y desarrollar más y mejor algunas cuestiones que en el guion -o en la pantalla- quedan apenas expuestas o presentadas.
“Vermiglio”
Buena
Drama. Italia / Francia / Bélgica, 2024. 119’, SAM 13. De: Maura Delpero. Con: Tommaso Ragno, Roberta Rovelli, Martina Scrinzi. Salas: Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta y Houssay, Atlas Patio Bullrich, Showcase Belgrano y Norcenter.