domingo, 1 de junio de 2025 00:00
La fiscal de Delitos Económicos del 2.° Turno de Córdoba, Valeria Rissi, dictó la prisión preventiva para Edgar Adhemar Bacchiani y José Armando Blas por 20 nuevos hechos de presuntas defraudaciones. Estas habrían sido cometidas en la sucursal cordobesa de Adhemar Capital, ubicada en el barrio Cerro de las Rosas.
La decisión de la fiscal se produce luego de que, en marzo pasado, Bacchiani (48) fuera condenado a nueve años de prisión por 50 estafas perpetradas en la misma sede. A raíz de la investigación por otros 20 hechos similares (de un total de 150 que se investigan), la fiscal ordenó el mantenimiento de su detención en el penal de Bouwer, donde estaba alojado para el juicio.
La misma medida se tomó para José Armando Blas (45), quien actualmente cumple prisión domiciliaria en Catamarca, donde funcionaba la “casa matriz” de Adhemar Capital. La Justicia federal de esa provincia también interviene en causas relacionadas con la empresa. A Blas, la fiscal Rissi le imputa un hecho relacionado con las actividades de la sucursal cordobesa. En consecuencia, la prisión preventiva dictada por Rissi alcanza a Bacchiani por 20 hechos y a Blas por uno.
Cabe destacar que ambos se encuentran detenidos por estafas reiteradas y asociación ilícita por disposición de la Justicia federal de Catamarca, mientras que la fiscal Rissi mantiene su jurisdicción sobre las denuncias de defraudaciones presuntamente cometidas en Córdoba.
“Alta peligrosidad”
La fiscal Valeria Rissi fue la primera en elevar a juicio la causa contra Bacchiani, proceso que culminó el pasado 12 de marzo con la sentencia condenatoria de la Cámara 10.ª del Crimen de la ciudad de Córdoba. Los vocales Carlos Palacio Laje (presidente), Mario Centeno y Juan José Rojas Moresi, con la intervención del fiscal Gustavo Arocena en el debate, sostuvieron en los fundamentos de la sentencia que quien se autodenominó “Trader God” posee una “alta peligrosidad” debido a sus habilidades como estafador.
Además de la extensión del daño (50 víctimas) y el prolongado lapso de dos años para estafar, se enumeraron casos en los que Bacchiani frustró proyectos de vida trascendentes. “Pondero que el aquí condenado estaba movilizado, al realizar la actividad descripta, por un ánimo de lucro ilegítimo”, expresó Palacio Laje al liderar el primer voto, refiriéndose a la intención de Bacchiani de obtener un beneficio económico ilegal de sus víctimas.
El juez enfatizó que no se trató de hechos aislados o conductas impulsivas, sino de un “patrón delictual”, destacando: “La astucia demostrada en la ejecución de cada maniobra, así como su frialdad y desapego de toda empatía hacia sus víctimas al momento de la consumación y expectativas ciertas en recibir los beneficios prometidos por el nombrado”.
“Es por ello que destaco el alto grado de indiferencia del aquí condenado por las consecuencias de su obrar”, prosiguió el vocal de cámara. En referencia a sus capacidades, el juez también evaluó como agravante que: “Con las posibilidades que le brinda su instrucción, Bacchiani no tenía necesidad ni motivo alguno para llevar adelante su cometido criminal, menos aún que esos motivos estuvieran vinculados a dificultades para ganarse el sustento necesario alejado del delito, ni relacionado a la miseria”.
Palacio Laje también valoró en su contra: “El grado de participación criminal que tomó en los hechos (el autor), y en el caso de la autosuficiencia asumida, su habilidad para el diseño de la planificación de la maniobra ardidosa y para la dirección de su despliegue”.
Durante el juicio, se probó que Bacchiani estafó a 50 clientes que le confiaron elevadas sumas de dinero en pesos y dólares, con la promesa de pagarles rendimientos de entre el 10 y el 15 por ciento efectivo mensual de la moneda estadounidense. Se presume que estos montos habrían sido destinados a la compra de criptomonedas y activos de riesgo. Cuando estalló el escándalo, Adhemar Capital no solo dejó de pagar los intereses atrasados, sino que tampoco devolvió el capital a decenas de clientes.
“Gerente” prófugo
Las operaciones de la financiera u oficina de inversiones de Adhemar Capital en Luis de Tejeda 4075, barrio Cerro de las Rosas, estaban bajo la responsabilidad de Augusto Gabriel García Alaimo, quien había sido designado “gerente”. Tras el estallido del escándalo, García Alaimo habría viajado a México, según fuentes judiciales.
Desde la Justicia provincial cordobesa se indicó que García Alaimo se encuentra prófugo y se cree que estaría en el país norteamericano, aunque su destino exacto es desconocido. En las últimas actuaciones, en las que la fiscal Rissi imputa y dicta las prisiones preventivas por otros 20 hechos, le asigna a García Alaimo 16 de esas estafas.
Datos de la causa en Córdoba señalan que García Alaimo era compañero de Blas cuando ambos trabajaban en el Banco de Galicia. Luego de abandonar ese empleo, Blas lo habría llevado a García Alaimo a Adhemar Capital, donde fue designado (informalmente) como encargado de la sucursal. La cara visible de Adhemar Capital en la sucursal del Cerro de las Rosas era García Alaimo, y los clientes y testigos de la causa suelen mencionarlo a él en lugar de a Bacchiani.