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Se va la primera, con ritmo santafesino

sábado, 12 de abril de 2025 02:57

Mañana se abrirá el calendario electoral en el país, con casi tres millones de argentinos que irán a las urnas, en una particular elección a desarrollarse en la provincia con forma de bota: Santa Fe. Como siempre, mañana a la noche los ganadores intentarán nacionalizar el resultado, y los perdedores dirán que sólo se pusieron en juego cuestiones menores de interés local.

Será una elección muy especial donde, por ejemplo, a menos de un año y medio de haber sido electo, el gobernador Maximiliano Pullaro será otra vez candidato, aunque no se elige gobernador, y también se postulan figuras como Amalia Granata, la exboxeadora Locomotora Oliveras y el relator de fútbol Marcelo Lewandoski, porque además de las PASO, que siguen vigentes en la provincia, se elegirán los convencionales que reformarán la Constitución vigente en la provincia desde 1962.

Y allí se concentra gran parte del interés, tanto que parece que todo se reduce a ver si Pullaro consigue o no cambiar las reglas para poder ser reelecto.

En el medio, el peronismo intenta resurgir, y los libertarios quedaron tan solos que hicieron campaña con una foto gigante de Javier Milei, porque el presidente no los visitó ni una vez.

Pero el problema es que el día llega sin que la mayoría de los electores esté al tanto de los objetivos y de la trascendencia del acto, según denunciaron referentes de la oposición al gobierno de Maximiliano Pullaro.

También se realizarán las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias para cargos municipales y comunales en distintas ciudades y pueblos, mientras el debate entre los principales candidatos se reduce a la reelección del gobernador y la oferta combina promesas de incrementar la mano dura y combatir a la casta, una palabra cuyo significado cambia según quien la pronuncie: puede aludir al gobierno provincial pero también al centralismo porteño.

“Hay una gran desinformación y confusión en la opinión pública, lo que puede ser hasta intencional”, dijo Claudia Balagué, la exministra de Educación que encabeza la lista de convencionales constituyentes del Frente Amplio por la Soberanía (FAS), un espacio emergente desde la centro izquierda. Juan Monteverde, el candidato del frente Más para Santa Fe, hizo incluso una presentación ante la Justicia electoral para que el gobierno provincial difundiera el carácter de los comicios, porque “la gente no sabe qué se vota”.

Maximiliano Pullaro encabeza la lista de Unidos, la coalición de la Unión Cívica Radical, el PRO, el Partido Socialista y otros partidos menores que gobierna la provincia. Es el gran favorito, y sus principales rivales son La Libertad Avanza, que lleva como primer candidato al diputado nacional Nicolás Mayoraz, y Más para Santa Fe, donde convergen el Partido Justicialista, el Frente Renovador, el Movimiento Evita y Ciudad Futura.

“No se elige gobernador ni a personalidades o periodistas sino a las personas que van a redactar la futura Constitución de Santa Fe y de la composición de la asamblea constituyente dependerá mucho de nuestra vida cotidiana y del futuro de la provincia”, señaló Balagué en alusión a la renovada presencia de outsiders en las listas. En este personal de supuesto refresco para la clase política cobra relieve el experiodista Juan Pedro Aleart como candidato a constituyente y concejal por La Libertad Avanza en Rosario.

Aleart es la voz más escuchada entre los libertarios santafesinos. El experiodista saltó a la política en abril de 2024 después de denunciar en horario central de la televisión rosarina que fue víctima de abusos sexuales en la infancia por parte del padre y de un tío y que los delitos prescribieron.

El peronismo, en parte, va partido en tres bandos, y se mezclan en la oferta ilustres y desconocidos.

La reforma comprenderá la revisión de 42 artículos. Pullaro adelantó en febrero que si triunfa “no habrá un solo concepto garantista en la Constitución”, lo que fue criticado como un contrasentido. “No podríamos dictar una Constitución que no sea garantista”, respondió la jurista Griselda Tessio. La ex vicegobernadora durante la gestión de Hermes Binner consideró “una mentira, una muestra de ignorancia”, la idea de que el garantismo favorece a los delincuentes, como suele proferir el gobernador.

“Las elecciones en Santa Fe son importantes por varias razones –analiza el politólogo José Giavedoni-. En las anteriores el presidente Milei se despegó de candidatos distritales que se encolumnaban con sus propuestas. Ahora La Libertad Avanza juega por primera vez como partido propio en la provincia. Es una gran apuesta de Karina Milei que supervisó el armado”.

“Los libertarios se juegan mucho pero al mismo tiempo no se juegan todo hasta las elecciones nacionales –matiza el también politólogo Sergio Morresi–. Ahora se discuten las instituciones de la provincia y el que plebiscita es el gobernador. Si Pullaro no llega con los votos propios habrá que ver qué acuerdos realiza; parece todo inseguro, los supuestos aliados de ayer no van a ser necesariamente los de mañana y los acuerdos no existen hasta que se abren las urnas”.

Los santafesinos elegirán 50 convencionales por distrito único y un convencional por cada uno de los 19 departamentos de la provincia. “Cualquier lista que tenga 35 convencionales podría escribir la Constitución por sí misma”, advierte Balagué. Esa parece la ambición del gobernador Pullaro, y las encuestas que se difundieron alentaron las expectativas partidarias.

“Este gobernador no puede tener reelección porque él juró por otra Constitución, que no permite esa posibilidad –dice Balagué–. En ese sentido lo que más nos preocupa en que con la Constitución vigente tenemos reelecciones indefinidas: hay senadores, intendentes y presidentes comunales que llevan 20, 30 años en el poder. Son los dueños del territorio y eso no se está discutiendo. Estamos debilitando la democracia con malas prácticas y tenemos que fortalecerla haciéndola más participativa”.

José Giavedoni destaca cierta falta de alineamiento en los votantes, al punto de ir de derecha a centro izquierda como se observó en las últimas elecciones de Rosario: “el voto que en las elecciones nacionales fue para La Libertad Avanza, en las locales estuvo dirigido a Ciudad Futura”. El partido de Monteverde estuvo a punto de conquistar la intendencia en alianza con el Movimiento Evita.

Una de las incógnitas es si Monteverde aún representa la novedad después de ampliar su alianza con el peronismo; el FAS disputa ese perfil y también, con una postura más crítica, la lista del Frente de Izquierda y los Trabajadores que encabeza la socióloga Carla Deiana. Más para Santa Fe lleva como candidato en el departamento San Lorenzo a Armando Traferri, imputado en octubre de 2024 por organizar una red de protección al juego clandestino y cuyo rechazo a ser indagado por la Justicia, resguardándose en los fueros, patentizó justamente la necesidad de reformar la Constitución provincial.

Nicolás Mayoraz respaldó una fallida campaña contra el supuesto adoctrinamiento de estudiantes en la Universidad Nacional de Rosario y apareció mencionado entre los legisladores que prepararon la visita a represores presos en la cárcel de Ezeiza.

“En Santa Fe los nombres pesan mucho –dice Morresi, profesor de la Universidad Nacional del Litoral e investigador del Conicet–. No se votan espacios ni programas sino personas que para los electores son representativas de valores, proyectos, una forma de ser, una cultura, con lo que esas personas se identifican. Hay espacios políticos que no crecen como tales pero la presencia de los nombres importa mucho”. Ese sería el caso de la boxeadora Alejandra Oliveras, que encabeza el novel Frente de la Esperanza, y de la actual diputada provincial Amalia Granata, de Unite.

Pullaro invoca por su parte la lucha contra los privilegios del poder y la consigna puede calar en ese sentimiento antiporteño. De hecho el gobernador reivindica su gestión en la obra pública, particularmente en la construcción de rutas y puentes, y en el mismo gesto marca la ausencia del Estado nacional.

El gran juego empieza, y seguirá por lo menos hasta octubre, como escala final rumbo al 2027.

El Esquiú.com

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