jueves, 20 marzo, 2025
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La rebelión federal

La escisión del catamarqueño Guillermo Andrada, la jujeña Carolina Moisés, el riojano Fernando Rejal y el puntano Fernando Salino oficializa en el escenario institucional del Senado el deterioro de la injerencia que tenía Cristina Kirchner en el peronismo ajeno al área metropolitana.

Con el objetivo explícito de promover la agenda de las provincias, el cuarteto conformó el bloque “Convicción Federal”. Salino lo presidirá secundado por Moisés, con expectativas de incorporar más integrantes.

Funcionará en los hechos dentro de lo que se denomina “interbloque”, una figura que no está en el reglamento del cuerpo, como una tercera bancada peronista junto a las ya existentes del Frente Nacional y Popular, que preside el formoseño José Mayans, y Unidad Ciudadana, al comando de la bonaerense Juliana Di Tullio.

La diferencia en el caso de los “federales”, sin embargo, es medular. La división entre “nacionales y populares” y “ciudadanos” fue una estratagema administrativa del kirchnerismo para arrebatar cargos en calidad de primera y segunda minoría en el Consejo de la Magistratura, pero ambos grupos respondían a las directivas de CFK. La formación “federal”, en cambio, es una ruptura que se desmarca de la jefatura kirchnerista.

Conviene anotar un detalle. Catamarca, Jujuy, La Rioja y San Luis no eligen senadores este año, en el que el kirchnerismo pone en juego nada menos que 14 de sus, a partir de ahora, 29 bancas de la Cámara alta. Renuevan representación Río Negro, Salta, Neuquén, CABA, Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Entre Ríos y Chaco. De esos 8 distritos solo uno, Santiago del Estero con el clan Zamora, tiene gobierno que puede considerarse afín al kirchnerismo. ¿Cuántos de los escaños que expone conseguirá retener el sector de CFK? Es una gran incógnita que se despejará en octubre junto con el volumen de la conformación “k” en la Cámara de Diputados.

En coincidencia con el movimiento de Guillermo “Joao” Andrada en el Senado, la ausencia de los cuatro diputados nacionales del peronismo catamarqueño en la sesión donde se aprobó el acuerdo con el FMI operó también dentro del ciclo de desmarque del peronismo de Catamarca. El faltazo fue también importante para evitarle a la Casa Rosada un trago amargo: el debate y eventual aprobación de una interpelación a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, por la criptoestafa LIBRA.

El riojano Rejal responde al gobernador Ricardo Quintela, que intentó competir con CFK por la presidencia del PJ nacional con una propuesta, casualmente, federal alternativa al mando bonaerense.

Salino se reporta con el ex gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá.

La jujeña Moisés quedó enfrentada con el kirchnerismo tras la ratificación de la intervención del PJ de Jujuy por parte de CFK, medida que favoreció a la diputada Leila Chaher, miembro de La Cámpora a quien la senadora derrotó en las PASO de 2023.

Cristina se encumbró a la Presidencia del PJ con la pretensión de digitar las listas peronistas al Congreso en todas las provincias, pero se topa con severas dificultades para recuperar las riendas perdidas.

Con sus límites cada vez más acotados, el cristinismo tiene que superar nuevos compromisos, ya en las urnas, antes de las nacionales de octubre.

El 13 de abril hay elecciones de convencionales constituyentes y PASO en Santa Fe, donde se dirimirán cargos provinciales el 29 de junio. El 11 de mayo habrá elecciones provinciales en Chaco, Jujuy, Salta y San Luis. El 8 de junio, en Misiones.

Estos comicios serán un termómetro de los nacionales y establecerán el poder real de la lapicera pejotista que CFK se empecina en monopolizar.

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