miércoles, 26 de febrero de 2025 13:00
El fallecimiento de Atilio Veronelli conmocionó al mundo del espectáculo. A los 65 años, el actor murió tras confesar que sufría problemas cardíacos. Sin embargo, la noticia tomó un giro inesperado cuando Ana Franco, su ex pareja, irrumpió con declaraciones cargadas de resentimiento y furia. Sus palabras, pronunciadas en «Mitre Live», sorprendieron a todos y desataron una ola de reacciones.
“La muerte no te hace mejor persona, pedazo de mierda, Atilito”, sentenció la guionista con una frialdad impactante. Su testimonio no dejó lugar a dudas sobre los sentimientos que albergaba hacia el actor. Lejos de una despedida emotiva, su mensaje fue un pase directo al infierno.
Juan Etchegoyen, conductor del ciclo digital, introdujo el video con cautela: “Ana lo denunció por violencia de género y hoy toma la decisión de hablar”. Antes de mostrar las imágenes, adelantó que el mensaje podría ser repudiable para algunos. Y no se equivocó.
“Ahora te vas a encontrar con Satán, pero antes Dios te va a mostrar la película de todo lo que me hiciste, de lo injusto que fuiste. Vas a pagar cada año de dolor que me hiciste pasar”, expresó con un tono de rabia acumulada.
Sus palabras no se detuvieron allí. También extendió su dolor a su madre, a quien aseguró que también lastimó. “Te deseo lo peor de lo peor y vas a quedar estancado en el infierno, basura. Mirá que te dije que hablemos, que te limpiaras las culpas y las mentiras, pero tu orgullo y tu ego fueron más fuertes”.
El video, de contenido fuerte, dejó sin palabras a la audiencia y al propio Etchegoyen, quien no ocultó su sorpresa. La guionista culminó su descargo con un cierre brutal: “Ahora te van a comer los gusanos, loco. Te van a llevar en bandeja a Satán. Buen viaje a la mierda, hijo de puta”.
Las declaraciones de Ana Franco dividen opiniones. Mientras algunos la critican por la crudeza del mensaje, otros sostienen que el dolor y la justicia personal pueden tener formas inesperadas de manifestarse. Lo cierto es que su testimonio quedó registrado como una de las despedidas más despiadadas de los últimos tiempos.